HIPÓLITO ATILIO LÓPEZ, EL VÉRTICE DE LA DIRIGENCIA SINDICAL DEL CORDOBAZO.

En un nuevo aniversario del Cordobazo compartimos este artículo de Javier Vitale, integrante del CEMO (Centro de Estudios para el Movimiento Obrero) publicado ayer 30 de mayo en el portal de Radio Gráfica.

Vitale se centra en la figura de Atilio López y se explaya sobre su trayectoria y protagonismo en las luchas obreras previas y posteriores al Cordobazo. Agregamos algunos datos: En el ’71 interviene en la unificación de la CGT local y es designado secretario general, llevando a Agustín Tosco, como adjunto. En las elecciones del 11 de marzo de 1973, en el que es electo Héctor Cámpora Presidente, el peronismo cordobés levanta la fórmula Ricardo Obregón Cano-Atilio López que resulta ganadora. Integra así la oleada popular que pone término a la dictadura militar.

Pero como sabemos esta “primavera” duró poco. El 27 de febrero de ese año se insubordina el teniente coronel Antonio Domingo Navarro, jefe de la policía cordobesa, y logra apresar a Obregón Cano y a López; poco después fueron liberados pero Atilio ya está en la mira de la Triple A.

A mediados de septiembre de 1974, López viaja a Buenos Aires y se hospeda en un sencillo hotel del Once. El día 16, es secuestrado, junto a su asesor, activo militante del gremio, Juan José “el gordo” Varas, por un grupo comando de las Tres A. Los cuerpos sin vida de ambos fueron encontrados, poco después, en Exaltación de la Cruz, Provincia de Buenos Aires.

Atilio López merece el recuerdo, la acción justiciera y reparadora de la memoria de los trabajadores. Vaya nuestro homenaje.

Por Javier Vitale *

Hipólito Atilio López nació un 9 de agosto de 1929 en la localidad cordobesa de Capilla del Señor. A pesar de los comunes equívocos sobre su primer nombre, es indudable que sus padres fueron muy conscientes de ponerle Hipólito, suponiendo de nuestra parte una plena adhesión familiar hacia el primer líder nacional del siglo XX de la Argentina. Un año después de aquel nacimiento se sucedió el golpe militar de septiembre, con Uriburu a la cabeza, que derrocó a Don Hipólito Yrigoyen, dejando trunca la experiencia del radicalismo popular, primer movimiento nacional.

En los albores de la irrupción de un proceso revolucionario como fue el peronista, Atilio consigue su primer trabajo de relevancia a la edad de 15 años en la fábrica de galletitas “La Campana”¹Finalmente ingresa a la CATA (Comisión Administrativa del Transporte Automotor), una corporación del transporte urbano perteneciente a la Gobernación de Córdoba y creada en 1946. De esta manera, con 21 años, accede al puesto de trabajo que le significará su derrotero definitivo de compromiso, representación y, fundamentalmente, militancia sindical y política. Instantáneamente fue elegido por sus compañeros delegados de base del sindicato (Unión Tranviarios Automotor), y, en el corto plazo, también llega a ser el Delegado General en la CATA. En paralelo, profundiza su formación político-sindical dentro de la Escuela Sindical de la CGT donde llega a graduarse en 1952. Es interesante este aspecto ya que comúnmente se omite en biografías e historias de estas décadas el fenomenal proceso de “preparación intelectual” de innumerable cantidad de militantes y dirigentes sindicales, iniciado luego de la creación y el desarrollo de una gran cantidad de escuelas de capacitación en los sindicatos, en la CGT, en la Cancillería –con el fin de convertirse en Agregados Obreros en alguna embajada– o en el propio partido peronista. Cabe destacar lo anterior porque si no es históricamente incomprensible explicar esa capacidad que tuvieron cientos de delegados de base o dirigentes de segunda línea de poder conducir enormes estructuras sindicales –golpeadas, intervenidas, desfinanciadas– en plena resistencia peronista luego de 1955, sin experiencias de conducción previamente. Efectivamente, aquellos militantes sindicales fueron formándose –en las escuelas ya mencionadas, pero fundamentalmente en la práctica concreta– muchos años antes. Atilio López no fue la excepción y durante la resistencia demostrará rápidamente esa capacidad moldeada durante el peronismo.

Sin lugar a dudas, Atilio López fue una figura excluyente del Cordobazo, como el propio Cordobazo fue un suceso que trascendió espacial y temporalmente a Córdoba y penetró en los cimientos sociales de la Argentina. Ahora bien, un reiterado error en la interpretación histórica es pensar que fueron figuras y conflictos exclusivos de un época muy delimitada: los ‘60 o mejor dicho fines de los ‘60. Sin embargo, como analiza el abogado laboralista y ex dirigente sindical Lucio Garzón Maceda fueron “la culminación de un proceso”.² Es decir, tanto el Cordobazo como la figura aquí desarrollada de Atilio López deben ser analizados con una perspectiva histórica amplia, retrotrayéndola a los inicios de la resistencia peronista y en particular al proceso específico del movimiento obrero cordobés.

En una Córdoba en plena ebullición económica (desarrollo industrial nacional durante el peronismo, incorporándose el capital trasnacional luego del Golpe de Estado de 1955) y política (epicentro del golpismo “Libertador” y lugar neurálgico del ataque, persecución y encarcelamiento de miles de militantes peronistas, en su mayoría sindicales), López fue rápidamente encarcelado en los inicios de la dictadura de Aramburu y Rojas. Logró ser liberado, retornó a una CATA ya intervenida por los militares, disputó nuevamente la Delegación General frente a una lista pro patronal, y finalmente triunfó en la Secretaría General de la UTA Córdoba en 1956.

En 1957 la historia del movimiento obrero cordobés y de la propia provincia comenzó a entrar en una vorágine de grandes avances sindicales y organizativos, y de conflictividades sociales y luchas populares que trascendieron las cuestiones estrictamente reivindicativas. Durante aquel año se sucedieron tres hechos emblemáticos que determinaron el protagonismo y la trascendencia histórica de Atilio López y del sindicalismo cordobés, y que serán las bases de un proceso que terminará de solidificarse en el Cordobazo.

El primero de los hechos es la normalización de la CGT regional. Si bien tanto en la provincia como en el resto del país hubo casos de normalizaciones de sindicatos intervenidos, no había habido antecedentes hasta esa fecha de que la Confederación General del Trabajo haya podido normalizar alguna de sus regionales ni mucho menos su estructura nacional con sede en la calle Azopardo. Efectivamente, entre el aval del interventor de la CGT regional, el comandante Suárez, las negociaciones de los gremios ya normalizados y la presión de la dirigencia sindical peronista –mucha de ella todavía proscrita– se logró a fines de mayo de 1957 la convocatoria al plenario normalizador donde, en plena resistencia, se recuperó la primera regional de la CGT. Quien fue electo Secretario General es el propio Atilio López.

Es interesante indagar en esta aparición protagónica de López cuando no contaba previamente con antecedentes de participación en la CGT local y además era uno de los dirigentes más jóvenes en las mesas de discusión para consensuar el futuro Consejo Directivo (participaban mayormente peronistas de la vieja guardia y otros dirigentes peronistas de tinte más autónomo). Es que su rol sindical tenía cierto prestigio, mayormente por la defensa de los intereses de los trabajadores de la CATA y de los tranvías, pero su rol político sindical de defender la misma CATA de los intentos privatizadores y de plantear que el movimiento obrero debía encarar no solo las cuestiones reivindicativas sectoriales sino también enarbolar la importancia del transporte público estatal y del rol de los trabajadores en sostenerlo³ le dieron un protagonismo coyuntural que los demás dirigentes de mayor trayectoria visualizaron como una catalizador de esa coyuntura que resumía el sentir generalizado de los trabajadores. López era una síntesis del perfil de regional que se necesitaba para una plena recuperación de la CGT local, con una rápida necesidad de acumulación política –el conflicto de la UTA por la no privatización de la CATA estaba en pleno desarrollo durante esos días y era una de las principales políticas gubernamentales de confrontación–.

En consecuencia, la figura de Atilio López ubicó al nuevo Consejo Directivo en pie de lucha contra el gobierno de la ciudad de Córdoba. La presencia de Atilio demostró que esta apertura y relevancia a nuevos dirigentes, como también a dirigentes que no provenían del peronismo doctrinario y a sectores independientes fue otro rasgo distintivo de la CGT de Córdoba desde la normalización en adelante.

De ahí en más habrá tres corrientes fuertes dentro del movimiento obrero cordobés: los ortodoxos que provenían de la vieja guardia sindical y que quedaron relegados dentro de la conformación de la regional, los legalistas como una renovadora corriente del peronismo obrero y los independientes que a pesar de no ser peronistas buscaron participar y articular dentro de la vida institucional de la central sindical. Más allá de estas particularidades en cuanto a corrientes político sindicales es indudable que la CGT Córdoba supo contener y sintetizar al conjunto del movimiento obrero provincial, llegando a su cenit durante las históricas jornadas del cordobazo. Esto fortaleció a la CGT Córdoba y construyó una identidad propia que delineó su estrategia en la unidad a partir de la diversidad y desde allí acumuló política y simbólicamente. De ahí que la figura de Atilio López tuviese un lugar central –más allá de su cargo institucional– en esos años dado su rol excluyente para convocar, articular y persuadir a distintos referentes sindicales en torno un mismo proyecto político sindical. Sus acercamientos con el SMATA de Elpidio Torres y el Luz y Fuerza de Tosco (ingresan los dos a la CGT de Córdoba en 1958), al punto de forjar una mesa de confianza y construcción mutua entre los tres, fueron ejemplo de esto siendo la antesala del éxito organizativo del cordobazo.

El segundo hecho significativo fue el paro general convocado por la intersindical nacional –formada por los sindicatos y las regionales normalizadas, de las cuales la más importante era la de Córdoba– para el 12 de julio del mismo año. Tuvo un alto acatamiento a nivel nacional, con mayor notoriedad en los grandes centros urbanos y de concentración laboral, y sus principales consignas fueron fundamentalmente de carácter político contra la dictadura: se reclamó por la defensa de la industria nacional y del poder adquisitivo popular, reivindicando un Estado al servicio de la nación y del pueblo, y por la devolución de la CGT central a los trabajadores exigiendo convocar a su normalización. A nivel local tuvo una gran adhesión y contundencia, y un alto grado de conciencia en cuanto a las consignas locales en pos del llamado a la huelga, ya que por ejemplo el conjunto del movimiento obrero cordobés incluyó como demanda que la CATA siga perteneciendo al Estado en una clara muestra de conciencia social y nacional. Asimismo, no es menor remarcar que fue la primera medida llevada a cabo contra la dictadura “libertadora” por una Regional normalizada, institucionalizada y del peso específico de Córdoba. Este hecho le dio notoriedad y referencia nacional, y a su vez también una plena conciencia al movimiento obrero cordobés de su lugar de poder específico en las luchas sociales y políticas locales.

El tercer hecho emblemático para el movimiento obrero cordobés en ese 1957 bisagra fue el histórico Congreso de delegaciones regionales de la CGT en la localidad de La Falda donde se aprobó un Programa Nacional de los Trabajadores, mejor conocido como el Programa de La Falda. Primero se debe contextualizar esos días de noviembre y diciembre. Esta convocatoria que normalmente debiera haber sido hecha por la CGT central y no por una regional particular, como era la de Córdoba, se debió al fracaso del Congreso Normalizador de la CGT (forzado luego de la efectividad de la huelga general del 12 de julio) unos meses antes en donde el plan de la dictadura de restablecer la institucionalidad en la CGT con un Consejo Directivo adicto no logró sus resultados, gracias a la férrea oposición del peronismo sindical que emergió nuevamente a partir de estos hechos con la fundación de las 62 organizaciones gremiales peronistas. A su vez, eran momentos políticos dinámicos donde el antiperonismo partidario trataba de encauzar el proceso de ofensiva del régimen pregonando una falsa apertura democrática: se convocó a una asamblea constituyente para aprobar una nueva Constitución (se había “derogado” la de 1949 por un Bando Militar en un hecho nefasto y único de inconstitucionalidad) y se llamó a elecciones presidenciales para febrero de 1958 –siempre con el partido peronista proscripto–.

Ante estas diversas situaciones, varios sectores del movimiento obrero con la CGT Córdoba a la cabeza comprendieron la necesidad de que era el momento de ser un referencia clara para las fuerzas populares ante la desorientación reinante y de transmitir un lineamiento político sindical para el conjunto de los trabajadores ante los cantos de sirenas del sistemaCon Atilio López como conductor de las deliberaciones durante los plenarios y como principal interlocutor frente a la restante dirigencia que se acercó al Congreso se termina de aprobar un programa que fue pieza clave en esos momentos para recuperar lineamientos ideológicos de la revolución peronista y, por qué no, cierta mística también, y que hoy es parte insustituible de un eje histórico fundamental que es el que nos ubica a los trabajadores como pensadores y hacedores de la política nacional. No es casualidad que su continuidad más próxima sea el Congreso y Programa de Huerta Grande también Córdoba, sosteniendo un hilo de coherencia y protagonismo alcanzado que, como venimos insistiendo, tendrá su momento cúspide durante el Cordobazo. Como conclusión de esta etapa inicial pero determinante a la vez, Atilio en su primer año como una de las principales figuras del movimiento obrero fue trascendental en la reconfiguración política y social de los siguientes 17 años, y también perduró para lo que significa la historia de la clase trabajadora argentina.

En los inicios de los ‘60 comenzó otra etapa del movimiento obrero cordobés y en particular para Atilio López. En julio de 1962 la UTA con Atilio López a la cabeza sufrió el golpe más duro de todos, y del que habían resistido durante 7 años, que es la definitiva privatización de la CATA, sumándole un contexto de eliminación de los servicios de tranvías. Esto modifica toda la rama de actividad y por ende prácticamente retrotrae a foja cero la estructura de organización gremial de la actividad. López había logrado en poco tiempo construir una unidad férrea al interior del gremio entre los dos grandes sectores: los colectivos bajo la órbita de la CATA y la compañía de Tranvías. Esto posibilitó que cada medida de fuerza de la UTA fuese masiva y contundente. Sin embargo, frente a estos cambios impuestos –de carácter antinacional y antipopular– por el gobierno municipal obligó a la dirigencia de la UTA a reorganizar el gremio yendo empresa por empresa para hablar con cada uno de los compañeros. Uno de los compañeros de la CGT que más lo acompañó y ayudó fue Elpidio Torres de SMATA, quien no olvidaba los esfuerzos de Atilio en respaldarlo durante las elecciones del SMATA Córdoba en 1958 y fundamentalmente en el conflicto salarial con la empresa IKA en enero de 1959 que terminó siendo victoriosa para los trabajadores.

Con el golpe de Estado de 1966 encabezado por el Gral. Onganía se profundizan los ataques a las organizaciones sindicales, afectando a su vez derechos y conquistas de los trabajadores. Un año después, el interventor de Córdoba interviene el SMATA de Torres. Esta afrenta a uno de los gremios más fuertes y combativos de la provincia es un ataque por elevación al conjunto del movimiento obrero cordobés. Instantáneamente, Torres recibe el respaldo de Atilio López. Eran momentos culmines, previos al cordobazo, donde los reordenamientos sindicales nacionales impactaron a nivel local. Con la división de 1968 entre la CGT de los Argentinos y la CGT Azopardo, hubo intentos de los legalistas, con López a la cabeza, de que aquella fragmentación no impacte en Córdoba, tratando de sostener la línea iniciada en 1957 de plena autonomía de los vaivenes de Buenos Aires y de unidad a partir de la diversidad. A pesar de los intentos, ese objetivo no se logró y “la mesa de las tres patas”, como la definió Garzón Maceda, entre la UTA, SMATA y Luz y Fuerza, por el momento quedó desactivada.

Sin embargo, la agudización de la política antipopular, del ataque sobre los derechos adquiridos de los trabajadores y, principalmente, de la política represiva del gobierno de Onganía y del interventor en Córdoba generaron en 1969 un proceso de acercamiento de los sectores sindicales buscando un principio de unidad en la acción para confrontar abiertamente. Pero debe quedar muy claro que ese principio de unidad en la acción era una llama que no se había apagado desde su encendido en 1957; es decir, frente al peor de los escenarios para esa época como fue la dictadura de Onganía se reactivaron los acuerdos tácitos que había entre innumerable cantidad de sindicatos y, fundamentalmente, entre los principales 3 sindicatos que eran UTA, SMATA y Luz y Fuerza: ser la referencia social de un conjunto múltiple de sectores –incluso externos al sindicalismo– en la confrontación contra los sectores dominantes. Los sucesos de mayo son el resultado de un devenir de largo aliento. Y se iniciaron justamente por la acción de la UTA de realizar una huelga por 24hs. el día 5 de mayo que terminó siendo masiva y, a la vez, sorprendente para el poder gubernamental que no se esperaba esa acción según sus análisis del devenir de los acontecimientos. Al día siguiente la UOM de Córdoba realiza un paro exigiendo que se eliminen las “quitas zonales” que beneficiaba a las patronales. Inmediatamente el gobierno responde con la derogación del “sábado inglés” en las provincias donde regía, entre las que estaba Córdoba. Los sucesos inmediatos (tanto el éxito del paro de la UTA como la “contestación” del gobierno) hicieron reflexionar a Atilio López quien junto a Elpidio Torres analizaron que era un momento propicio para construir una gran medida de fuerza de todos los espacios perjudicados por el proyecto de Onganía. Luego se sumó Tosco, restableciendo “la mesa de la tres patas” que será la conducción táctica de los sucesos del Cordobazo.

Posteriormente, la UTA y la UOM convocan nuevamente a un paro pero esta vez por 48hs. para los días 15 y 16. La profundización del descontento social lo dio el SMATA cuando es ferozmente reprimida una asamblea del día 14 donde se adhieren al 15 y 16 y trasladan la conflictividad a la calle enfrentándose por primera vez con la policía. El SMATA era el sindicato más fuerte de la provincia, con gran poder de movilización y de herir a la estructura productiva provincial y nacional. En consonancia, las dos CGT locales convocan al paro general para el 16. En paralelo, en Corrientes y en Rosario estallan revueltas obreras con adhesión de sectores universitarios. En los días siguientes no cesa la crecida del descontento y de las manifestaciones populares. La conducción táctica, es decir los tres sindicatos ya mencionados (con Atilio López como vértice de dos cauces político sindicales distintos, la legalista y la independiente, y allí radica uno de sus roles históricos más importantes) considerando que la situación ya estaba madura, llevan la propuesta a las dos CGT de Córdoba de realizar un paro general activo –que fue una innovación organizativa y de lucha–. Efectivamente, llaman a una huelga para los días 29 y 30. Las dos CGT nacionales deciden acompañar para el día 30 y convocan a una huelga general de forma conjunta. Finalmente se suceden los acontecimientos del 29 donde las primeras y más importantes columnas de movilizados fueron del SMATA, vaciando las grandes fábricas automotrices desde el mediodía. Luego serán los de Luz y Fuerza, de la UTA, de la UOM y los demás sindicato. Toda la ciudad, sus engranajes laboriosos, su capital humano, su fuerza esencial que es el trabajo se detuvo. Pero no se detuvo para quedarse quieto. Se detuvo para organizarse y movilizarse. Todos se decidieron salir a las calles y enfrentar la política de Onganía. Prácticamente sitiaron la ciudad. Y si bien en los días posteriores el Ejército logró controlar el estallido popular y terminaron detenidos Torres y Tosco, los resultados de tanta experiencia organizativa acumulada desde el ‘57 en adelante terminaron dando sus frutos.

El cordobazo fue un golpe de gracia para ese proyecto antipopular y antinacional. El cordobazo no le pertenece únicamente a mayo del ‘69. Es hijo de la normalización de la CGT Córdoba de 1957, de los esfuerzos de Atilio López por abrir las puertas de la central a todos los sectores gremiales, de la articulación y amistad entre López, Torres y Tosco, de los programas de La Falda y Huerta Grande, de la lucha del peronismo resistente. Pero fundamentalmente es hijo de la unidad de concepción entre un puñado de dirigentes, de la organización sindical coherente, no sectaria y con objetivos de erigirse como referencia social y política para todos los sectores populares, a lo largo de tantos años. El cordobazo es hijo de una forma de hacer sindicalismo, es decir de un proyecto sindical que en palabras de Amado Olmos es un sindicalismo integral.

 

(*) Integrante del Centro de Estudios para el Movimiento Obrero (CEMO)

 

(Fuente: https://radiografica.org.ar/2021/05/30/hipolito-atilio-lopez-el-vertice-de-la-dirigencia-sindical-del-cordobazo/ )

ECONOMÍA POPULAR, SOCIAL, SOLIDARIA, COOPERATIVA Y AUTOGESTIONADA

Joaquín Escobar, Secretario Regional Zona Sur de la FeTIA y Director General de Economía Social y Solidaria del Municipio de Avellaneda -luego de enfatizar que el modelo de gestión basado en el infinito afán de lucro ha fracaso y por lo tanto, insistir por esa vía de desarrollo nos llevará a un nuevo fracaso-, nos propone debatir otro modelo basado en la solidaridad y en la inclusión. Reivindica al cooperativismo como modelo alternativo y citando a Joseph Stiglitz afirma »son el modelo que mejor puede enfrentar los riesgos de una economía que será cada vez más volátil».

 

ECONOMÍA POPULAR, SOCIAL, SOLIDARIA, COOPERATIVA Y AUTOGESTIONADA

Por Joaquín Escobar*

En primer lugar, cabe resaltar que estamos viviendo una crisis global múltiple en la que el capitalismo globalizado -es decir el capitalismo en su máxima expresión-, en las sociedades contemporáneas ha concentrado la producción, la riqueza, el comercio internacional signado por el gran capital financiero y el manejo de las nuevas tecnologías; además, ha sumado: la exclusión de más de dos tercios de la población mundial, desempleo, pobreza y desigualdad; las migraciones masivas en busca de trabajo, alimentos y/o mejores condiciones de vida. Una dura realidad que nos toca muy de cerca, sobre todo si tenemos en cuenta, los cuatro años de gobierno neoliberal que padecimos y la crisis sanitaria generada por la pandemia, al poco tiempo de asumir nuestro Gobierno Nacional que nos presenta una nueva oportunidad ya que los doce años de gestión anterior fueron favorables.

Hoy, han surgido voces muy importantes que están diciendo que deberíamos decir »No a la economía de la exclusión»… »Ésa Economía mata…». »Se considera al ser humano en sí mismo como un ‘bien de consumo que se puede usar y tirar» (Papa Francisco, año 2013).

Por su parte, el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, durante su intervención en la Tercera Cumbre de Cooperativas celebrada en Quebec, Canadá  en Febrero de 2020,  hizo algunas apreciaciones que causaron un fuerte impacto en el mundo; aseguró que »En la próxima década, las cooperativas serán la única alternativa al modelo económico que fundado en el egoísmo fomenta las desigualdades» y remarcó: »son el modelo que mejor puede enfrentar los riesgos de una economía que será cada vez más volátil».

Mientras tanto, es bueno tener presente la Caída del Muro de Berlín, como la caída del paradigma socialista; se pensó que los problemas de la humanidad se iban a resolver pero no sólo no fue así, sino que, se agravaron y en términos absolutos se revelan en una creciente exclusión, pobreza y desigualdad. En nuestro país hay un núcleo duro de pobreza de 4 millones, llamada estructural y un nivel de pobreza más general de un 40%.

Podríamos afirmar que ese modelo de gestión basado en el infinito afán de lucro, ha fracaso; insistir por esa vía de desarrollo, nos llevará a un nuevo fracaso.

Se hace necesario retomar el espíritu transformador y revolucionario sin temor, porque los que ejercen la dominación nos arengan con una supuesta e hipócrita »Revolución de la Alegría» y nosotros ¿no podemos hablar de revolución, entendida como un largo y sostenido proceso de transformaciones estructurales?

………………..

Mario Cafiero, Presidente del INAES, -ahora, en la nueva gestión de gobierno en la esfera del Ministerio de Producción, (un dato alentador ya que lo saca de una visión asistencialista de Desarrollo Social y lo pasa ahora al área del desarrollo productivo); nos decía recientemente, en el día del Cooperativismo, que »En la Argentina el cooperativismo genera empleo, inclusión, productos y servicios de calidad, desarrollo tecnológico y está presente en cada rincón del país, con una lógica solidaria y colectiva, como premisa fundamental. »

Creo que debemos plantearnos salir de una fase defensiva generada por las grandes derrotas y generar un gran debate sobre el carácter de las transformaciones, basado en una práctica realizada por un actor central: la clase trabajadora que nos exige una sólida estrategia de Unidad y políticas de alianzas duraderas, saliendo de la urgencia permanente que posterga los objetivos de liberación.

Es más, al asumir nuestro Presidente Alberto Fernández, en su discurso a la Asamblea Legislativa, en el Congreso Nacional señaló la importancia del cooperativismo y la economía social; abriendo una nueva perspectiva.

No es para menos ya que, en la República Argentina transcurre -desde hace un largo periodo- una práctica social significativa, en la lucha por mejores condiciones de vida y de generación de empleo; desde la primera cooperativa fundada en 1875, precedida por las mutuales han pasado más de 140 años y aún con todas las dificultades y méritos la tendencia se ha ido consolidando, superando la presión de la cultura dominante, egoísta e individualista.

Hoy, desde la crisis de los noventa se amplió el concepto de Cooperativas y Mutuales. Como respuesta al desempleo un sector de los trabajadores, de manera creciente, fueron creando una extendida red de Cooperativas de Trabajo, de Producción y Servicios y mutuales en la ciudad y en el campo y hacia fines de la década de los 90 adquirieron nuevas fisonomías resultantes -esta vez- de expropiaciones hechas por Ley en base a situaciones de emergencia, donde la falta de trabajo llegó a extremos que no había otra alternativa que quedarse en las fábricas y sus propietarios optaban por abandonarlas, concursadas y/o quebradas.

Además se sumaron a esa red, miles de emprendimientos productivos de carácter social en los barrios populares donde se concentra la exclusión y la pobreza, como también de microempresas de trabajo autogestionado demostrando que se podía producir, administrar, comercializar y distribuir la riqueza producida por sus propias manos y en el marco de unas relaciones distintas a la empresa capitalista propiamente dicha y que se constituyen desde el trabajo, la cooperación y la solidaridad, donde la propiedad cumple una función social y la distribución de la riqueza es medianamente equitativa; la práctica democrática de las Asambleas son centrales como principio, variando según las características de cada emprendimiento, de manera que en su conjunto se generó una Economía Popular, Social, Solidaria, Cooperativa y Autogestionada, como la capacidad de nuestro pueblo y de sus trabajadores para dar una respuesta creativa a la crisis. ¿Por qué debemos asumir la lógica del descarte humano?  Los trabajadores mostraron otro sendero. La política iba por detrás.

Paralelamente, creció la Solidaridad de las Universidades que han conformado la Red Universitaria de la Economía Social (RUES); en la Universidad Nacional de Avellaneda creamos la Cátedra Libre de Economía Social y Solidaria Raimundo Ongaro; la Cooperativa Grafica COGTAL de más de 60 años, la tenemos en nuestra ciudad o DURAX y la Unión Solidaria de los Trabajadores; ha  crecido la relación con los sindicatos; la relación con los Movimientos Sociales, es muy natural; comienza otro lenguaje de reconocimiento de algunos partidos políticos, entre ellos el Frente Grande que en el 27 aniversario de su fundación expreso su compromiso con este movimiento.

No puedo dejar de reconocer el rol jugado como Senador Provincial por Eduardo Sigal en el respaldo a una docena de Leyes de Declaración de Utilidad Pública y Sujeta a Expropiación en el período 1999-2003. Luego de más de 20 año casi todas las fábricas se han mantenido; no cerraron durante el período macrista y aún resisten abnegadamente durante la pandemia.

Finalmente cuando hablamos de una nueva oportunidad hablamos de  algunos ejes:

– El nuevo INAES considera a este amplio espacio como el Tercer Sector de la Economía;

-Impulsamos la construcción de las Mesas de Fomento del Asociativismo que incluye a Cooperativas, Mutuales,  Sindicatos,  Entidades Sociales, Asociaciones Civiles sin fines de lucro; Clubes de Barrios; entidades religiosas, en un sentido de Comunidad Organizada.

-Avanzar en la implementación de una tarifa diferencial, como también en el tratamiento de las deudas,  levantamiento de cortes en  particular de Gas Natural y Energía Eléctrica.

-Puesta en marcha de los Mercados Sociales como parte de la lucha contra el  hambre;

-El financiamiento para Capital de Trabajo; el seguimiento del crédito del Banco Nación y otras medidas que atienden la urgencia como el IFE, los ATP y otras líneas que tiene el INAES; Desarrollo Social de Nación y Ministerio de Trabajo.

-Ayudar a crear grupos de Comunicación y Difusión;

-Conformar grupos que organicen la capacitación y formación integral en el ideario del  cooperativismo y práctica de la gestión administrativa, producción y comercialización solidaria y en el manejo de las nuevas tecnologías.

-Retomar la iniciativa y el seguimiento de las Leyes de Expropiación, en cuanto a su ejecución, tratamiento y aprobación de las que están pendientes en las Legislaturas nacionales y provinciales.

Finalmente, todo requiere una tenaz lucha dentro y fuera del Gobierno que es nuestro Gobierno para la transformación del país, en bien de su pueblo, de sus trabajadores, con un alto sentido práctico y de urgencia.

 

*Joaquin Escobar

Secretario Regional Zona Sur de la FeTIA.

Frente Grande – Distrito Avellaneda 

Director General de Economía Social y Solidaria del Municipio de Avellaneda.

LES JÓVENES TRABAJADORES BUSCAN SU RESPUESTA A LOS CAMBIOS TECNOLÓGICOS.

Se realizó el lunes 16/12 en la sede de APA, el taller sobre Industria 4.0 convocado por la sec. de la Juventud de la FeTIA, encabezada por David Pereyra con el apoyo de la sec. Gremial a cargo de Leandro Mena y de la sec. de Capacitación con Eduardo Menajovsky al frente.

 

El objetivo era compartir con les jóvenes trabajadores la información y el conocimiento sobre temas que tanto Pereyra como Mena vienen profundizando en cursos organizados por IndustriALL y CSA respectivamente. Transmitir y poner en debate problemáticas como Industria 4.0, el Trabajo basado en Plataformas, el “Futuro del Trabajo”, etc. Dada la riqueza del encuentro optamos por no hacer una nota de prensa, sino una que refleje aunque sea sintéticamente los conceptos vertidos.

El taller contó con el aporte de Cecilia Anisgtein (UNGS) investigadora y consultora de la CSA sobre estos estos temas y de Javier Delfino, uno de los abogados laboralistas que asesoraron a les trabajadores de Plataformas en la conformación del sindicato Asociación de Personal de Plataformas (APP) en nuestro país.

Delfino centró su intervención en el proceso que fueron transitando los trabajadores, las experiencias que los llevan a organizarse hasta llegar a la conformación del sindicato. Éste nace en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires, y agrupa a trabajadores de Glovo, pero en mayor medida de Rappi, con más del 80% de origen migrante (una presencia importante de venezolanos). Éste no es un dato menor, ya que esto permite la mayor precarización y arbitrariedad aprovechando la situación vulnerable del trabajador. Los avatares fuero muchos hasta que se constituyó la Asociación. En su comunicado fundacional advierte que construir los “sindicatos del futuro” no significa ceder en la protección de los derechos laborales. Las empresas bloquearon a los trabajadores de la Comisión Directiva provisoria, bloqueo que equivale a despido. Posteriormente un fallo de la justicia laboral obliga a la empresa Rappi a reincorporar a los trabajadores pero la puja continúa ya que la empresa apeló la medida. Hasta hoy las empresas se niegan a reconocer la relación de dependencia, por lo que el trámite de inscripción sindical también está parado en el hoy recuperado Ministerio de Trabajo.

La creación de la APP es un gran aporte al esfuerzo a escala internacional para dar respuesta a los mecanismos de deslaboralización de la mal llamada economía colaborativa. Lejos de la promesa “sé tu propio jefe”, la uberización causa una efectiva  subordinación laboral a la que se suma  la incertidumbre que generan los algoritmos de asignación de pedidos, el salario asociado a una productividad que ya no depende del trabajador sino de un software, y un contrato de hora cero con jornadas ilimitadas.

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Por su parte Cecilia Agnestein abordó su intervención preguntando y preguntándose de qué hablamos cuando hablamos del Futuro del Trabajo, de la 4t. Revolución Industrial o Industria 4.0, de la “uberización” del trabajo, de las relaciones sociales, etc. toda una nueva terminología y conceptos que débilmente se atienden en nuestro país, pero que nos preocupan porque aluden a fenómenos y transformaciones muy rápidas, producto del impacto de la digitalización en los medios de producción, en la organización del trabajo y en la economía, que los países desarrollados y las corporaciones vienen imponiendo. “¿Qué respuesta tenemos para esto?, ¿cuál será nuestra estrategia como trabajadores organizados frente a estos fenómenos que afectan nuestras relaciones laborales, nuestros empleos…

Lo primero que vemos es que no hay una sola visión sobre estos temas, diversidad de diagnósticos y proyecciones y por lo tanto mucha confusión. Segundo hay actores muy interesados en instalar su perspectiva sobre los mismos, el Banco Mundial, el BID el FMI, las transnacionales y organizaciones vinculadas, multilaterales como la OIT y por último un foco de interés bastante fuerte en las organizaciones sindicales internacionales.

Algunos organismos internacionales y las corporaciones, para justificar y legitimar sus diagnósticos tienen respuestas políticas, que ya conocemos: ajuste, reforma laboral, previsional, restricciones, etc. etc. lo nuevo es que tienen un otro discurso que por momentos hasta suena más atractivo. Nos venden “la modernidad”, “el futuro”, “el acceso al primer mundo”, esta nueva ola del capital viene con su nuevo canto de sirena. Adaptan su lenguaje presentando los cambios que el avance de la Industria 4.0 conlleva en el mundo del trabajo, como neutros, desideologizados e inevitables. Los sindicatos globales, y la CEPAL pueden tener una mirada algo distinta que hace un contrapunto con estos mensajes, considerando el impacto de las transformaciones y nuevas tecnologías en les trabajadores.

“Esta visión no solo es individualista, habla de “personas” (no trabajadores), empresas, gobiernos, pero en el discurso no aparecen las organizaciones colectivas. Como son los individuos, las personas y las empresas las que se tienen que adaptar, el paradigma es una capacitación permanente para tener las habilidades y competencias (palabritas de moda) necesarias para afrontar los cambios. Esta visión construye un mundo en el cual no están ocurriendo grandes conflictos sociales, movimientos emergentes transversales como el feminismo; nos pintan un mundo totalmente pacificado, sin conflictos de poder, sin una derecha autoritaria y presente, sin una nueva izquierda y nuevos movimientos populares emergentes y ahí ésta nueva visión de la globalización neoliberal, tendrá obstáculos para imponerse porque no da cuenta del mundo real que queda totalmente fuera de este universo utópico”.

Lo importante es que hay una ideología en construcción del poder global que tenemos que tratar de desentrañar, un discurso de poder, que a través de sus documentos, sus escenarios, sus medios de comunicación, sus empresas, están entrando en nuestros países y es nuestra responsabilidad conocer estas cuestiones a fondo y buscar colectivamente respuestas que preserven nuestros derechos y garanticen nuestra participación en la implementación de estas tecnologías.

OTRAS VOCES

Las presentaciones dieron pie a un intercambio de ideas y debate muy interesante que fue desde el rol de Estado, de la necesidad de cambios en el sistema productivo, hasta la situación de crisis del sistema capitalista, las contradicciones y conflictos entre las grandes potencias, la situación del país y de la región en ese marco, así como la responsabilidad que le cabe para buscar respuestas al sindicalismo.

Destacar la intervención de Leandro Mena, quien profundizó sobre los programas de capacitación en los que están participando con David Pereyra y otres compañeres de la FeTIA y el compromiso de compartir estos saberes con sus compañeres. La necesidad de revitalizar la capacitación como responsabilidad de los sindicatos es fundamental, dijo Mena. También planteó que el diálogo social que plantea la OIT hay que hacerlo efectivo para lo cual el tema central es volver al tripartismo, ya que es una herramienta que debe revitalizar el contrato social que asegura a los trabajadores una participación justa en el progreso económico, el respeto de sus derechos y la protección de los riesgos a los que se exponen a cambio de su constante contribución a la economía.

Muy oportuna e interesante fue la intervención de Belén Cañete (UOM), operaria de una fábrica de autopartes proveedora de Toyota. Belén contó que trabaja al lado de un robot, se “complementan” dijo, “con la particularidad que cada día el robot aprende un movimiento nuevo que ya dejo de hacer yo, así que poco a poco el robot va ocupando el lugar del trabajador y un nuevo puesto de trabajo queda a su cargo. Como esto afecta obviamente nuestro futuro por ahora vamos rotando los puestos y no se ha despedido a nadie”. Belén enfatizó también la necesidad de la capacitación y formación y valoró estos espacios de compartir y plantearse interrogantes sobre el futuro del trabajo, que es ya, y la responsabilidad que le cabe a las organizaciones sindicales que tienen que intervenir en estos procesos.

Por último mencionar sintéticamente el planteo de Menajovsky quien señala “La 4ta.Revolución Industrial es la fase de la digitalización del sector manufacturero y está impulsada por el aumento de los volúmenes de datos (Big Data), la potencia en los sistemas computacionales y la conectividad. Lo nuevo en la redefinición digital es la conexión de máquinas, dispositivos y sistemas que configuran redes inteligentes que se pueden controlar mutuamente de forma autónoma, mediante el software. Esto cambia de manera radical el proceso de producción que genera nuevas demandas de capacidades, nuevos modelos de negocios, cadenas de valor y formas de organización industrial”.

Tomando lo planteado por Cecilia sobre las diferentes visiones dijo que “cada uno de los grandes actores tiene su propio relato para justificar su intervención y la modalidad de su intervención, de modo que debemos despejar la paja del trigo y para eso no debemos guiarnos por las visiones de ellos. Sí conocerlas y hacer un estudio más pragmático sobre los cambios que se van produciendo haciendo algo que el movimiento sindical no hace mucho que es unir la organización sindical, los trabajadores, su experiencia, su conocimiento, con la academia, lo científico, que son quienes aportan los elementos que permiten ver hacia dónde van las cosas. En una palabra, debemos construir el relato nuestro, de ahí la importancia de estos encuentros y propuso que el próximo taller sea sobre la “digitalización”.

De este modo los tres secretarios de la FeTIA se comprometieron a dar continuidad a estos talleres y darles mayor periodicidad.

Trabajar para un futuro más prometedor

Así se titula el informe que será debatido en la próxima reunión anual de la OIT de junio, cuando el organismo internacional celebrará 100 años de su creación.

“Nuevas fuerzas están transformando el mundo del trabajo. Las transiciones implicadas en esta evolución piden que se tomen medidas enérgicas. Nos esperan innumerables oportunidades para mejorar la calidad de vida de los trabajadores, ampliar las opciones disponibles, cerrar la brecha de género, revertir los estragos causados por las desigualdades a nivel mundial y mucho más. Sin embargo, nada de ello ocurrirá por sí mismo. Sin esas medidas enérgicas, nos dirigiremos a un mundo en el que se ahondarán las desigualdades e incertidumbres existentes.

Los avances tecnológicos –la inteligencia artificial, la automatización y la robótica– crearán nuevos puestos de trabajo, pero quienes van a perder sus trabajos en esta transición podrían ser los menos preparados para aprovechar las nuevas oportunidades”, así comienza el informe realizado por la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo que inició sus trabajos en octubre de 2017 por invitación del Director General de la OIT. Está compuesta por un equipo de destacados especialistas procedentes de diversas partes del mundo, diversos sectores y perfiles profesionales y con múltiples experiencias y perspectivas. Se reunió en cuatro ocasiones, la última de las cuales tuvo lugar en noviembre de 2018.

Aquí un brevísimo resumen del Informe. El documento completo en .pdf acompaña esta nota.

Aprovechar el momento: Revitalizar el contrato social  

La Comisión exhorta a “aprovechar las posibilidades que nos brindan estas transformaciones profundas para crear un futuro más prometedor y conseguir seguridad económica, igualdad de oportunidades y justicia social; así como, en última instancia, reforzar nuestro tejido social”.

El Informe advierte: “Las competencias de hoy no coincidirán con los trabajos de mañana, y las competencias recién adquiridas podrían volverse rápidamente obsoletas. Si dejamos que la economía digital siga como hasta ahora, probablemente se ensancharán la brecha regional y la brecha de género. Además, los sitios web de trabajo en plataformas de microtareas y el trabajo mediante aplicaciones que conforman la economía de plataformas podrían recrear prácticas laborales que se remontan al siglo XIX y futuras generaciones de «jornaleros digitales».

“La transición a un futuro del trabajo que respete el planeta y trate de detener el cambio climático va a perturbar aún más los mercados laborales. Es previsible que la creciente población de jóvenes en algunas regiones exacerbe el desempleo juvenil y las presiones migratorias. El envejecimiento de la población en otras regiones someterá a una mayor presión los regímenes de seguridad social y de cuidados”.

Además de explayarse en la gravísima situación actual y graficar claramente los cambios profundos y turbulentos que se están gestando en la vida laboral (véase infografía en pdf, pág. 20). y que afectarán indefectiblemente a todas nuestras sociedades, los expertos proponen un programa centrado en las personas situándolas junto al trabajo que realizan en el centro de las políticas económicas y sociales y de la práctica empresarial.

Este programa se asienta en tres ejes de actuación, que combinados entre sí generarían crecimiento, igualdad y sostenibilidad para las generaciones presentes y futuras:

  • Aumentar la inversión en las capacidades de las personas
  • El derecho a un aprendizaje a lo largo de la vida que permita a las personas adquirir competencias, perfeccionarlas y reciclarse profesionalmente.
  • Incrementar las inversiones en las instituciones, las políticas y las estrategias que presten apoyo a las personas a lo largo de las transiciones que entraña el futuro del trabajo.
  • Aplicar un programa transformador y mensurable para la igualdad de género.
  • Proporcionar protección social universal desde el nacimiento hasta la vejez.

 

  • Aumentar la inversión en las instituciones del trabajo
  • Establecer una Garantía Laboral Universal.
  • Ampliar la soberanía sobre el tiempo.
  • Garantizar la representación colectiva de los trabajadores y los empleadores a través del diálogo social como bien público, promovido activamente a través de políticas públicas.
  • Encauzar y administrar la tecnología en favor del trabajo decente.
  • Incrementar la inversión en trabajo decente y sostenible
  • Incentivos para promover inversiones en áreas clave en favor del trabajo decente y sostenible.
  • Remodelar las estructuras de incentivos empresariales en pro de estrategias de inversión a largo plazo, y explorar indicadores suplementarios de desarrollo humano y bienestar.

El Informe de la Comisión recomienda apelar a la universalidad del mandato de la OIT. “Esto implica aumentar el alcance de sus actividades para incluir a aquellas personas que, históricamente, han permanecido excluidas en gran escala de la justicia social y del trabajo decente, en particular a quienes trabajan en la economía informal. Esto implica asimismo tomar medidas innovadoras para afrontar la diversidad cada vez mayor de situaciones en las que se presenta el trabajo y, en particular, el fenómeno emergente del trabajo digital a través de la economía de plataformas. Consideramos que la Garantía Laboral Universal es una herramienta adecuada para responder a estos desafíos y recomendamos que la OIT preste una atención con urgencia a su aplicación”.

La Comisión señala en su informe un hecho evidente, hay un contraste muy acentuado entre el alcance de las transformaciones profundas que está experimentado el mundo del trabajo y nuestro nivel de preparación para afrontarlas de forma que se maximicen y se distribuyan correctamente los beneficios que producen. Si no se toman medidas urgentes y eficaces “corremos el riesgo de que este desequilibrio alimente la incertidumbre y divida las posiciones entre quienes se ven a sí mismos como ganadores en el futuro del trabajo y aquellos otros, más numerosos, que temen no poder evitar ser los perdedores”.

Por último, insiste en la necesidad de una acción comprometida por parte de los gobiernos y de las organizaciones de empleadores y de trabajadores quienes deben revitalizar “el contrato social que asegura a los trabajadores una participación justa en el progreso económico, el respeto de sus derechos y la protección de los riesgos a los que se exponen a cambio de su constante contribución a la economía”.

Sin duda, el debate que se viene en la OIT puede ser muy interesante. Ojalá la voz de los trabajadores tenga mayor incidencia en las políticas que la OIT y otros organismos internacionales con quienes hay que interactuar resuelvan al respecto. Mientras millones de trabajadores sigan estando excluidos, privados de derechos fundamentales y sin poder hacer oír su vos, no habrá justicia social, las instituciones democráticas y la paz estarán amenazadas.

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