La papelera Aracuco Alta Paraná de Misiones continúa despidiendo trabajadores

Nuevamente la empresa Arauco, ex Alto Paraná, viola la ley y arremete contra los trabajadores. 

Cuatro nuevos despidos a trabajadores contratados -algunos de ellos por afiliarse al SOEP –, aplicó en la última semana la empresa chilena. Estas medidas se suman a la presión que ejerce -en connivencia con la ART, para que vuelvan a trabajar a aquellos trabajadores que deberían estar en reposo. 

 

Los compañeros del sindicato papelero están en este momento impidiendo la entrada a los contratistas y contratados, exigiendo a la empresa que pare con los despidos que, está claro, responden en represalia al accionar de los trabajadores por hacer valer sus derechos.

Los compañeros vienen bregando desde hace meses –como ya lo hemos consignado  aquí- para que se aplique la ley de insalubridad que fue aprobada por la legislatura provincial, luego de que la Corte Suprema de Justicia, ante una presentación de la empresa, rechazara su incumbencia y volviera su tratamiento al gobierno provincial.

El Ministerio de Trabajo declaró insalubridad laboral en doce áreas de la planta de celulosa Alto Paraná. La declaración de “Insalubridad Laboral” que pesa sobre la fábrica de pasta celulósica de la empresa chilena Alto Paraná, ubicada en la localidad de Puerto Esperanza, alcanza a doce áreas de esa planta industrial. Así lo determinó un estudio llevado adelante por especialistas de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) que establece que trabajar en cualquiera de esos espacios es peligroso para la salud.  La presencia de elevados índices de dióxido cloro y de altos niveles de ruidos son los principales factores de riesgo considerados.

En la pastera de Alto Paraná, se declararon insalubres: la planta de dióxido de cloro, la caldera de recuperación, caldera de potencia, la planta química, la de lavado y depurado, deslignificación, la de preparación de madera, el taller central, la calderería, la línea uno, la planta de tratamiento de efluentes y la línea dos. La declaración comprende a ciertos sectores por la presencia de dióxido de cloro y en otros casos, por niveles de ruido que superan los 85 decibeles. Esto es a consecuencia de denuncias del gremio por efectos en la salud de los trabajadores.

La situación de los trabajadores del SOEP es alarmante en tanto no hay quien ponga límite al accionar de la empresa. El Ministerio de Trabajo local decretó la conciliación obligatoria en mayo, cuando los trabajadores hicieron cortes parciales en la ruta para que la empresa se avenga a aplicar la ley, proponiendo un plan de adecuación en la planta.

Ante la falta de repuesta de la empresa y el silencio del Ministerio de Trabajo de Misiones, los trabajadores se vieron obligados a levantar el corte. Pero los abusos y maltrato continuaron, siendo la situación dentro de la planta altamente insalubre y riesgosa, ya que la pastera aumenta la presión a los trabajadores y al sindicato intentando doblegarlos.

Sobre la empresa

Arauco es una de los mayores fabricantes mundiales de celulosa. En enero de este año, la filial de Arauco en Estados Unidos, Flakeboard America, acordó la compra de las tres plantas de Sierra Pine por unos US$ 107 millones más inventarios, pero el Departamento de Justicia norteamericano hizo caer la transacción objetando que el acuerdo amenazaba con debilitar la competencia. 

No es la primera vez que Arauco enfrenta denuncias de posición dominante. En Argentina tuvo una dura batalla legal para comprar los activos de Pérez Companc y mucho tiempo después, los pequeños y medianos aserraderos del norte de Misiones seguían denunciando a la firma -por entonces Alto Paraná- por “abuso de posición dominante” ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC).

Los pequeños empresarios sostenían que la firma de capitales chilenos, propiedad del Grupo Arauco, llevaba adelante maniobras anticompetitivas para provocar una suba del precio de la materia prima y excluirlos del mercado.

El 16 de diciembre de 2003 fue aprobada la venta de la división forestal de Pecom Energía SA (Petrobras Energía SA) a la firma Alto Paraná SA (Arauco). La Comisión Nacional determinó que la venta se encuadraba en el marco legal de la Ley 25.156 de Defensa de la Competencia, descartando que “tras la fusión, se genere en el mercado concentración o posición dominante por parte del grupo inversor”, principal preocupación denunciada al momento de la operación por las Pymes madereras de Misiones y entidades del sector al momento de operación.

Alto Paraná SA adquirió así, con una inversión de más de 43 millones de dólares incluyendo IVA, una superficie de 60 mil hectáreas en forestaciones, 20 mil de ellas correspondientes a la reserva de bosque nativo, 27 mil implantadas y tres mil a forestar. Además del aserradero (el segundo más importante en Misiones y del país, justamente después del aserradero Piray de APSA), con una capacidad de 100 mil metros cúbicos de producción anual, ubicado en Puerto Bossetti (en el límite entre Libertad e Iguazú), y un huerto semillero.

La venta se aprobó con cinco compromisos voluntarios asumidos por la compañía donde se acordó que durante una etapa de 5 años pondría a disposición del mercado regional un volumen anual de 50 mil toneladas de rollos “aserrables”.

Luego de la absorción, la firma chilena pasó a controlar 233 mil hectáreas, donde se concentra casi el 40 por ciento de la superficie forestada de la provincia de Misiones.

La concentración económica, las limitaciones de oferta de materia prima a Pymes industrias, la pérdida de fuentes laborales, la atomización de empresas de servicios forestales y el freno al desarrollo integrado del sector forestal y de otras potenciales actividades productivas, son algunas de las consecuencias que dejó esta inversión del Grupo Arauco.