La patria no se rinde. Fuera el FMI

La patria no se rinde. Fuera el FMI

“Oíd el ruido de rotas cadenas”, proclamaba aquella marcha patriótica nacida al calor de las batallas libradas por una generación de hombres y mujeres que regaron con su sangre el suelo de nuestra Patria Grande para alcanzar su definitiva independencia.

 
No hubo angustia en aquel Congreso de Tucumán. Hubo conciencia política y sentido de responsabilidad histórica. Hubo decisión, de los congresales llegados desde los confines de la Patria, de proclamar la independencia de las “Provincias Unidas en Sud América”. El 9 de Julio de 1816 se alimentaba el sueño de una Patria Grande y libre de toda dominación extranjera.
 
202 años después, nosotras y nosotros, hombres y mujeres de la Patria, nos movilizamos con un sueño inalterable, el mismo que empujara a San Martín a lanzar aquella proclama que hoy, cuando la Patria está en peligro, sigue constituyendo una agenda cargada de futuro: “Seamos Libres, que lo demás no importa nada”. Por eso es que no titubeamos al gritar a los cuatro vientos que LA PATRIA NO SE RINDE.
 
Rompamos las cadenas que nos impone el acuerdo alcanzado por el gobierno de Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional, que sólo le ofrecen a nuestro pueblo, un destino de miseria planificada.
 
Rompamos las cadenas de un ciclo veloz y brutal de endeudamiento externo, que pretende condenar a generaciones de argentinas y argentinos a seguir pagando los negocios que están haciendo unos pocos. La deuda externa contraída por el gobierno de Mauricio Macri es ilegal e ilegítima, ha tenido como destino exclusivo engrosar los balances de un puñado de grandes corporaciones. Que la paguen ellos, y no vengan nunca más a recurrir al sacrificio de los humildes
y explotados.
 
Hoy gobiernan los agentes financieros de las corporaciones extranjeras, gobiernan los
especuladores que hacen de la riqueza generada por las trabajadoras y los trabajadores un botín para alimentar la evasión, la fuga de capitales y la timba financiera. Poner fin a la especulación, nos demanda avanzar hacia la nacionalización de nuestra banca, perseguir a los evasores que multiplican sus ingresos en cuentas radicadas en guaridas fiscales extranjeras, controlar el cambio y recuperar por parte del Estado la dirección del crédito hacia el desarrollo de la industria, la producción y las economías populares.
 
Rompamos las cadenas de la dependencia económica que nos pretenden imponer con el desmantelamiento de nuestra industria y la destrucción del aparato productivo y solidario de nuestras economías regionales. Hay que frenar la libre importación, hay que detener los acuerdos de libre comercio que mendiga Mauricio Macri y los gerentes que gobiernan por Estados Unidos y Europa, hay que defender nuestras pequeñas y medianas empresas de la ofensiva de las grandes corporaciones.
 
Debemos avanzar hacia la nacionalización del comercio exterior, para que un puñado de multinacionales no transforme nuestra riqueza en un asiento contable en las ganancias que registran sus balances.
 
Rompamos las cadenas de la colonización británica sobre nuestro territorio en las Islas Malvinas, porque soberanía es recuperar lo nuestro. Denunciemos hasta romper el pacto Foradori Duncan,los acuerdos de Madrid, que significan un retroceso en nuestro siempre vigente reclamo sobre la tierra en la que se derramó la sangre heroica de nuestros combatientes. Nuestro territorio no puede ser prenda de negociación con los piratas que lo usurparon.
 
Exijamos mantener viva la búsqueda de los 44 tripulantes del ARA San Juan, sus familias y el pueblo en su conjunto merecemos conocer la verdad. Las Fuerzas Armadas tienen la responsabilidad institucional de defender nuestra Soberanía, rechazamos enérgicamente la voluntad del Gobierno de utilizarlas para la seguridad interior.
 
Rompamos las cadenas de la apropiación sistemática de nuestros recursos estratégicos en manos de empresas multinacionales, frenemos la extranjerización de nuestra tierra y su concentración para beneficio exclusivo del poder económico. Los recursos de nuestro suelo, subsuelo y espacio aéreo son propiedad de la Nación. Nuestros pueblos originarios han sufrido la apropiación de sus tierras ancestrales, nuestros campesinos padecen los desplazamientos sistemáticos al ritmo en
que la economía se concentra en pocas manos.
 
Rompamos las cadenas que nos pretenden imponer los patrones, que alientan desde el gobierno una reforma laboral que intenta retroceder cien años en los derechos conquistados por la lucha de las trabajadoras y los trabajadores del país. Debemos conquistar en paritarias libres una victoria sobre la devaluación generada por los especuladores que gobiernan, que ha disparado una inflación que está licuando nuestro salario.
 
Debemos sepultar la infame reforma previsional que destrozó la movilidad ascendente de nuestras jubiladas y nuestros jubilados; es necesario actualizar el ingreso popular y recuperar los programas de empleo que este gobierno terminó transformando en planes sociales.
 
Rompamos las cadenas del ajuste miserable sobre las tarifas de los servicios públicos. El gobierno pretende que financiemos las ganancias exhorbitantes de las empresas cuyos gerentes asaltaron el Ministerio de Energía; hay que frenar el tarifazo para poder recuperar en manos del Estado los servicios públicos esenciales que constituyen un derecho humano para todo aquel o aquella que habite nuestro suelo.
 
Rompamos las cadenas del olvido porque un pueblo sin memoria no puede conquistar su futuro. 30.000 compañeras y compañeros fueron desaparecidos por resistir a la dictadura cívico militar y a un programa económico idéntico al que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri; nuestra historia está forjada sobre la memoria de fusilados, torturados y asesinados en la larga conquista de nuestra independencia. Nuestro presente está marcado por mas de quinientos, bebés apropiados en la dictadura y mas de 300 que seguimos buscando para que recuperen su identidad. Debemos luchar para que haya mas abrazos de abuelas y nietos. Alcanzar la justicia, para que el único destino de los genocidas sea la cárcel común, perpetua y efectiva, para que no permanezcan impunes los asesinatos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, para que de forma inmediata recuperen la libertad todas y todos los presos políticos de la Argentina. Desmantelar la corporación judicial, para alcanzar la Justicia, nos acerca a nuestro sueño de libertad.
 
Rompamos las cadenas del patriarcado para que nunca más nadie se atreva a decidir sobre el destino individual y colectivo de las mujeres, para que nunca más el derecho a la paridad de género en términos culturales, económicos, políticos y sociales, sea una agenda secundaria de nuestro proyecto colectivo hacia la construcción de una Patria más justa libre e igualitaria.
 
Rompamos las cadenas de la barbarie que pretende embrutecer a las mayorías populares destruyendo la educación pública y gratuita. Defendamos a nuestras docentes, a sus organizaciones gremiales. Forjemos una universidad al servicio del pueblo, en éste, el centenario de la Reforma.
 
Rompamos las cadenas del pensamiento único impuesto por las grandes corporaciones que hacen negocios con la comunicación. Democratizar la palabra para levantar la voz y gritar bien fuerte que la mentira y la desinformación son una soga en el cuello de la democracia.
 
Rompamos las cadenas del cinismo y la hipocresía. Mauricio Macri ha llegado al gobierno mintiendo escandalosamente, traicionando la voluntad de sus votantes, transformando la democracia en un fraudulento oportunismo electoralista. Defendamos la política como herramienta transformadora, defendamos la organización popular como el camino para alcanzar nuestros sueños.
 
Lo hemos dicho el 25 de Mayo, y lo reafirmamos hoy: somos un pueblo digno y con mucha memoria. Asumimos con profunda responsabilidad histórica seguir luchando hasta alcanzar nuestra definitiva independencia.
 
Nos hemos movilizado una vez más, porque el pueblo en la calle decide, y decidimos hoy, reafirmar nuestro compromiso de construir entre todas y todos la Patria que soñamos.
 
Por eso, una vez más gritamos: ¡LA PATRIA NO SE RINDE!