Es obligación resolver relación entre Uruguay y Argentina
Los gobiernos deben dejar atrás las medidas recíprocas y dialogar
Para sindicalistas afines al gobierno K es una «obligación» que los gobiernos de Uruguay y Argentina dialoguen y consigan resolver sus diferencias. Para eso, deben dejar de tomar acciones «recíprocas» que complican la negociación.
Una delegación de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), afín al gobierno de Cristina Fernández, estuvo la semana pasada en Uruguay, mantuvo un encuentro con el Secretariado Ejecutivo del Pit-Cnt y dejó a los sindicalistas locales una buena noticia: el levantamiento de trabas burocráticas por parte de la administración K para que exportaciones de la Cooperativa de Trabajadores Cerámicos (CTC, ex Metzen & Sena) pudieron ingresar nuevamente en suelo argentino.
Pero además de ello, en el encuentro surgió como objetivo principal que ambas centrales sindicales puedan trabajar en conjunto y con mirada de mediano y largo plazo en busca de estrategias comunes que ayuden al fortalecimiento de las relaciones bilaterales y la complementación productiva.
En ese sentido, para la dirigencia argentina cercana a la administración K es fundamental que los dos gobiernos dejen atrás las rencillas, superen los inconvenientes actuales y vuelvan a tener el relacionamiento que se perdió en los últimos años.
El secretario general adjunto de la CTA, Pedro Wasiejko, dijo a El País que la relación de Argentina y Uruguay es similar a la que tuvo hasta hace un tiempo Brasil con su país. «Hoy (Brasil) está tomando conciencia, en la medida que su economía está en situación de riesgo, que el principal mercado para recibir sus productos industriales es Argentina. Entonces, no pueden pensar en una política de desarrollo industrial avanzado sin tomar en cuenta la situación de mejorar la relación con Argentina. Lo mismo le pasa a Argentina con Uruguay», dijo.
Por eso, para el dirigente es «una obligación de los gobiernos reconocer esta situación y apuntar a resolver la relación entre países vecinos, amigos y fundamentalmente entre países donde se compran los productos que sus trabajadores producen», indicó Wasiejko.
«Sería un nefasto error que los gobiernos de la región no interpreten esta situación y no se pongan a trabajar en los problemas existentes, que realmente no son tan graves si se miran desde el punto del marco general», añadió.
El dirigente señaló que para llegar a un punto de entendimiento, ambos gobiernos deben «dejar de tomar acciones de reciprocidad cuando hay una que no les gusta. Esto lo hacen los dos gobiernos».
Por eso, destacó las posturas de Fernández y el presidente José Mujica, cuando dialogaron semanas atrás en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) en Cuba y se comprometieron a formar una comisión de diálogo para buscar soluciones al conflicto bilateral.
«Hay que entrar en una etapa donde se empiecen a ver resultados a través de hechos concretos. Como lo que se hizo con la Secretaría de Comercio de Argentina para que entraran las importaciones de la cooperativa de cerámica. Hay otras tantas que se pueden resolver de la misma manera, pero lo que más importa a la CTA son las cuestiones de largo plazo, de futuro», indicó Wasiejko.
Afirmó que es posible que ambos países trabajen en proyectos comunes y colocó como ejemplo entendimientos que puedan darse entre Ancap y la petrolera estatal YPF.
Informó que actualmente su país sufre un déficit dentro del sector de las autopartes automotrices. «Queremos ver a Uruguay integrado, con autopartistas que sean competitivos en el mundo, que también sean proveedores de la industria automotriz argentina y ayuden a la sustitución de las importaciones a nivel regional», remarcó Wasiejko.
Para el dirigente, alcanzar esos emprendimientos conjuntos necesita de las propuestas de las centrales sindicales regionales.
«Entendemos que actualmente la relación entre países como Argentina y Uruguay -y los restantes de la región- no pueden ser una atribución exclusiva de las cancillerías, que de alguna manera está determinada por los conflictos en algunos temas puntuales y el manejo mediático de esos conflictos», sostuvo el dirigente de la CTA.
Las dos visiones
Hay dos CTA, una afín y otra contraria al gobierno argentino. El secretario general, Pedro Wasiejko dijo: «algunos preferimos ver el vaso medio lleno y otros medio vacío. Ellos creen que si se acelera el proceso y se debilita al gobierno, se pueden conseguir transformaciones políticas más rápidas. Nosotros no arriesgamos con ese tipo de apuestas».
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