Hoy se conmemora el Día del Abogado en la Argentina.

Una fecha en la que hay muy poco para celebrar en un contexto en el que, como dijeron días atrás desde distintos organismos de Derechos Humanos, reina el estado de excepción en el país.

No hay que olvidar que uno de los primeros en ser atacados por el Presidente Mauricio Macri fueron, nada más y nada menos, que los abogados laboralistas, a quienes el titular del Poder Ejecutivo no se cansó de tildar de mafiosos. No es casual, porque desde el día que asumió al frente de la Casa Rosada su principal política fue la de licuar los salarios, considerados como un costo, y atacar también a las organizaciones sindicales.

Primero habló de los juicios laborales como “palos en la rueda”, después atacó a los jueces laboralistas que avalaron las paritarias de los bancarios, luego fue el turno de Héctor Recalde. Sin embargo, el problema de los juicios laborales no son los trabajadores que reclaman por sus derechos sino, como lo ha denunciado nuestro director del departamento legal de la FeTIA e integrante de la Asociación de Abogados Laboralistas, León Piasek, los empresarios que no los respetan. Y la crisis de las pequeñas y medianas empresas tampoco son los juicios laborales sino las políticas macroeconómicas que impulsó este gobierno desde el primer día de apertura de las importaciones y de tarifazos indiscriminados, por mencionar algunas.

Pero el ataque a los abogados también excedió el ámbito laboral. Uno de los casos testigos fue el de los defensores de Milagro Sala. Jujuy fue laboratorio de ensayo de la utilización del Poder Judicial como instrumento de persecución política. Y no sólo fue el ataque a la dirigencia sino también a quienes velaban por sus derechos. Sanciones, multas altísimas, amenazas con suspensión de la matrícula fueron algunas de las herramientas que utilizaron para amedrentarlos.

Y la semana pasada fue el turno de Carlos Beraldi, a quien el juez Claudio Bonadío, violando lo que establece el Código Procesal Penal, le negó la posibilidad de presenciar el arbitrario allanamiento en uno de los domicilios de la actual senadora y ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. 

Hoy, en América Latina, estamos frente a un Poder Judicial que junto a las corporaciones mediáticas montan un brutal circo en el que no interesa la verdad ni se respetan las más mínimas garantías constitucionales. Lo hicieron con Luis Ignacio Lula Da Silva, lo hacen con Rafael Correa y también con Cristina. En ese marco, los abogados, a pesar de las sistemáticas violaciones a todo lo establecido siguen dando la pelea. A ellos los abrazamos y acompañamos. Tarde o temprano, este período nefasto de la historia va a terminar. Y tal como nos enseñaron las Madres y las Abuelas iremos por cada uno de los que hoy están destruyendo las instituciones y los juzgaremos en el marco del respeto a la ley.

IN MEMORIAM

Quiero recordar en este día especialmente a los entrañables Aldo Comotto, entrañable abogado laboralista, que nos acompañó en la recuperación del Sindicato Único de Trabajadores del Neumático y en la fundación de la CTA y a Carlos Slepoy, reconocido por su defensa a los derechos humanos.