Intereses en pugna

Victorio Paulon
El 13 de septiembre de 2009

La decisión de la Justicia de reinstalar a José Leiva en su puesto de trabajo, significa no solamente un límite a la prepotencia de la Barrick Gold, sino también a una creciente ola intimidatoria sobre los representantes sindicales

Si a ello agregamos la reincorporación de los dos compañeros despedidos de la empresa Chevalier por promover organización sindical donde prácticamente la UTA no tiene afiliados, muestra que la tensión entre los intereses en pugna se incrementa aceleradamente en el marco de esta crisis.

El paro de los compañeros del Subte reclamando la inscripción gremial en el momento que se firma el acuerdo paritario agrega un condimento más a ésta disputa. El verdadero mosaico de conflictos simultáneos, al que debemos agregar el anuncio del corte de autopista de los compañeros de Paraná Metal, es junto al de Terrabusi el componente industrial que muestra que llegó el momento de definir quien va a pagar esta crisis.

Indudablemente desde la Central nos vemos en la necesidad de aportar a la articulación de este escenario para evitar que las peleas aisladas mueran por esa definición. La convocatoria a la marcha de la CTA el próximo miércoles 30 de setiembre debe apuntar a fortalecer estas peleas. Nuestra propia fuerza se va encaminando a constituirse en espacio de referencia en el nuevo congreso de la Federación de Trabajadores de la Industria y Afines (FeTIA-CTA).

Lucha callejera, articulación de las peleas defensivas en el marco de la crisis, y afianzamiento de nuestra representación organizada en el seno de la Central son los componentes materiales de una estrategia que apunta a dotar a la clase trabajadora de la organización que se necesita para afrontar la complejidad de la etapa y la profundidad de la crisis.

Acumulacion de triunfos parciales, evitando el avance de ellos por repetición de nuestros errores es lo que nos va a permitir el despliegue de nuestra fuerza para conquistar la legalidad que nos niegan.

Queremos ser actores en el terreno de la negociación colectiva, ése es el fundamento de nuestra existencia, sin libertad y democracia sindical la clase de los que trabajan está condenada a ser representada hasta por sus enemigos.

Transformarla en sujeto implica que nuestra CTA no resigne el analisis materialista de la etapa y actúe con decisión para que esa misma clase la reconozca como su auténtica representante a partir de desarrollar la organización sindical desde la base ya que ese es el territorio y no otro donde se dirime el modelo sindical.

 

Duras pujas salariales en las grandes empresas

Victorio Pauló
El 16 de junio de 2009 par Fetia

La discusión salarial en el sector de la metalurgia, refleja el carácter compulsivo con que los grandes grupos económicos del sector quieren descargar sobre los salarios el peso de la baja de actividad.
Es evidente que la disputa no solo es económica sino la discusión es sobre el modelo regional a partir de las nacionalizaciones de Hugo Chávez al grupo Techint.

Cuesta entender que una delegación de la UIA desde Nueva York esté clamando por el no ingreso de Venezuela al MERCOSUR, cuesta si no vemos el mensaje domestico con el que los más beneficiados de la etapa van por más y juegan tan abiertamente.

El sector siderúrgico encabezado por Paolo Roca (Grupo Techint) secundado por el grupo Acindar, hoy Mital, reflejan desde el 2003 al 2008, balances anuales que superan el 25% de rentabilidad. Están a la cabeza de los que más trabajadores han ajustado mediante diversos mecanismos: jubilaciones anticipadas, retiros voluntarios, finalización de contratos etc.etc. Hoy son los más reacios a acordar recomposiciones salariales acordes a sus ganancias.

Es indudable que se está consolidando un frente patronal de los que en otros tiempos hacían sonar el clarinete. Hoy impotentes ante los cambios de época recomponen alianzas para presionar a los gobiernos de turno. No hay dudas que el acercamiento a la Mesa de Enlace constituye una decisión estratégica a pesar de los débiles lamentos de la Federación Agraria. No hay ninguna duda que los que están discutiendo no es salario sino poder

Los trabajadores debemos sacar una gran lección de este fenómeno. No es necesario que a los grandes poderes económicos les vaya bien para que aprueben una política determinada. Necesitan ser ellos mismos quienes toman las decisiones a partir de un poder político obediente como el que gobernó durante todos los noventa. Estos últimos años cosecharon buenos dividendos pero no gobernaron como querían y hoy están en proceso de recomposición política y de presión permanente. La discusión de los modelos políticos, económicos, sindicales y sociales está en cabeza de lista de su estrategia. Este malestar creciente que expresan no termina el 28 de junio con las elecciones, se profundizará y se expresará en forma más clara y permanente.

La agenda de los trabajadores no reconoce solución de continuidad antes y después de las elecciones seguirán librando luchas parciales en defensa del trabajo, de cada puesto y de cada fuente de trabajo, por el salario y por las condiciones laborales. Nuestro debate es muy sencillo: cada lucha es del conjunto, cada triunfo nos posiciona mejor en la puja por la distribución del ingreso, y un condicionamiento a la cruzada restauradora que se está incubando.

*Secretario Gremial de la CTA Nacional

 

La rosca de los caños de Rocca

 

Eduardo Anguita
El 8 de junio de 2009

02/06/09 – Techint es una empresa italoargentina con sede en Luxemburgo. Eso, en estos días, quedó bastante claro. La intención de presentarse ante el gran público como una compañía argentina que debe ser defendida por el Gobierno de este país quedó en claro; salvo, por supuesto, para aquellos que prefieren leer los medios con tanto poder corporativo como la empresa de Paolo Rocca. Un poder que les permitió, por décadas, lograr que ninguna figura central de la política argentina dijera verdades sobre los procedimientos de Techint.

Ayer, Néstor Kirchner habló sin vueltas: “Hay que tener memoria, mucha memoria, para no volver hacia atrás”, y se refirió a Techint como “nuestros circunstanciales adversarios”, que son “las mismas caras que vivieron la fiesta de los 90 donde los primeros que pagaban la crisis eran los trabajadores”. Lo hizo en una asamblea de obreros metalúrgicos en el Racing Club de Avellaneda, un distrito que fue cuna de esa rama industrial.

De inmediato, la versión digital de Clarín tituló que Techint salía a responderle “de forma contundente” a Kirchner.

Vale aclarar: en la Asociación de Empresarios de Argentina la dupla Techint-Clarín tiene la presidencia y la vice para sus primeras figuras, Paolo Rocca y Héctor Magnetto. El comunicado empresario refiere a la “difícil situación del mercado argentino –caída de más del 50%–, y las significativas pérdidas de $388 millones en el último trimestre de 2008 y de 337 millones en el primer trimestre de 2009”. Esos fundamentos empresarios llevaron a la temeraria decisión de la asamblea de accionistas de NO –así, con mayúsculas– distribuir dividendos. Esa asamblea se llevó a cabo en abril, antes del acuerdo del presidente venezolano Hugo Chávez con Rocca de pagar una suma extraordinaria (casi u$s2.000 millones) por Sidor.

LOS TRABAJADORES SE GLOBALIZAN. Jorge García Orgales, argentino radicado en Toronto, Canadá, es el coordinador del Comité Mundial de Trabajadores de Tenaris, otra de las empresas de Rocca. Una distracción literaria para tratar de interpretar conductas: este empresario debería leer a Fernando Pessoa, el escritor portugués que se ganaba la vida como traductor pero que escribía poesía y prosa con distintos estilos y ¡distintos nombres! Sus heterónimos eran tan sutiles que hacían críticas literarias entre sí. Es decir, Pessoa desafió el criterio de identidad lineal, pero con el propósito de indagar la condición humana.

García Orgales cuenta que ese comité compró acciones para poder participar de la reunión hecha hace dos días en Luxemburgo. Si Rosa Luxemburgo pudiera ver la escena se asombraría de la delicadeza obrera: no una huelga, sino una simple compra de acciones para poder ser escuchados por los accionistas, con el objeto de que “reconozcan su existencia e inicien un diálogo internacional con los representantes de sus trabajadores”. Pero “no fue posible”.

Recuerda que en octubre de 2007 el comité envió la primera carta a Tenaris para pedir su reconocimiento. “Nunca tuvimos respuesta”. Un año después, tras una reunión en Calgary, Canadá, “enviamos una segunda carta a Paolo Rocca. Señalamos, primero, que una crisis estaba en el horizonte y que los trabajadores no deberían pagarla, y, segundo, pedimos nuevamente el reconocimiento del comité. Pero Tenaris no estaba interesado en ningún comité mundial”. En enero de 2009, “y ante la decisión de la empresa de transferir la crisis a sus trabajadores en todos los países en donde opera, enviamos una nueva carta. Nunca tuvimos respuesta”. Fue así que buscaron hablar con los accionistas. “Cuando nuestros agentes contactaron con Tenaris en Luxemburgo les recomendaron no perder el tiempo. Allí nos dijeron que como las acciones estaban a nombre del sindicato, el individuo que fuera a participar en la reunión debía presentar un poder de la institución”. Pero luego Tenaris “consideró no válido el poder”.

Garcia Orgales reflexiona: “Estas empresas multinacionales tienen operaciones en muchos países, cotizan sus acciones en múltiples Bolsas, utilizan la liberación del mercado internacional hasta que llega el momento de hablar con sus trabajadores con los que, contrario a la lógica expresada anteriormente, descubren que es mejor hacerlo localmente. Sabemos que debemos continuar con nuestro esfuerzo utilizando todas las oportunidades posibles, para obligar a Tenaris a sentarse con el comité a negociar un acuerdo marco internacional”. Una consideración de quien escribe este artículo: la dureza de Rocca es proporcional a la flaccidez de los políticos y gobernantes que precedieron al gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. O, en todo caso, Techint pensó que la buena relación que cultivó en los años precedentes a este incidente era similar a la trama corrupta que mantuvo con los gobiernos precedentes en la que, finalmente, todo se arregla por fuera de lo que dicen las licitaciones y los contratos. Si, por un día, tuviera el talento de Pessoa, un heterónimo mío le escribiría una carta a Rocca preguntándole: ¿Por qué, si el balance de Tenaris fue tan malo como usted dice, esa firma no le pidió plata prestada a Ternium, a Sidor o a cualquiera de los otros nombres de fantasía –dicho en el mejor sentido de la imaginación– de sus tantas empresas?

Fuente: Buenos Aires Económico http://www.elargentino.com/nota-440…

Piedras 1065 (1070) Buenos Aires, Argentina
Tel.: 54-11 4307-3829 Fax 54-11 4300-1015

 

Pase de pantalla

 

Por Gabriel Puricelli * El 5 de junio de 2009

La decisión del organismo interamericano es un síntoma de los cambios que han tenido lugar en América latina. Se termina una política anacrónica
Corría 1993, recién terminada la Guerra Fría, y Mark Falcoff, uno de los más influyentes pensadores del Partido Republicano en asuntos de América latina, asentía ante la insinuación de que la política de los EE.UU. contra Cuba, desaparecida la URSS, sólo podía ser explicada haciendo una excepción “freudiana” al enfoque realista que estaba en la base de la política exterior norteamericana.

“No podemos tolerar un gobierno a menos de 100 kilómetros de nuestras costas dedicado a denostar nuestro sistema de la mañana a la noche”, ensayaba como débil explicación para la saña y la inversión de recursos dedicados a un vecino insular e insignificante en términos del equilibrio de poder mundial o hemisférico. Tuvieron que transcurrir tres lustros, la mitad de ellos dedicados al experimento clamorosamente fallido de la política exterior neocon, con sus ribetes de derecha revolucionaria, de exportación de la “democracia liberal” llave en mano, para que la solitaria superpotencia considerara la validez de retornar a las instituciones internacionales y regionales, tratando de perseguir sus objetivos con una dosis mayor de diálogo y blandiendo el garrote de manera mucho menos ostentosa.
En lo que considerara por décadas su patio trasero, los EE.UU. se encontraron, al tratar de volver a poner en marcha una conversación abruptamente interrumpida después de la invasión a Irak, con una colección de gobiernos que habían abandonado, con diversos grados de moderación o radicalidad, el Consenso de Washington, y con la emergencia decidida de un nuevo poder regional que estaba en el centro de una variedad de dispositivos, como el Mercosur, la Unasur y el Grupo de Río y que daba voz a una región dispuesta a reclamar igualdad formal en el trato con una superpotencia que la había abandonado para ir a empantanarse a la Mesopotamia asiática.
Ese es el contexto en que el gobierno de Barack Obama se reencuentra con unos vecinos hemisféricos más que dispuestos a poner pautas para el diálogo. La larga negociación que llevó a la Asamblea General de la OEA a dejar sin efecto la inicua suspensión del gobierno de Cuba de su seno duró tanto como tardaron los EE.UU. en entender que la renovación de sus relaciones con América latina no es un “como decíamos ayer” en el que la diplomacia de Hillary Rodham retoma donde dejó el gobierno de Bill Clinton. Por el contrario, América latina se aplicó en el último semestre a hacer de Cuba un leading case del tipo de vínculo que sus gobiernos (desde la derecha de Alvaro Uribe hasta su némesis, Hugo Chávez) pretenden. Desde la incorporación de Cuba al Grupo de Río, que lo transformó hace meses en algo demasiado parecido a una Oelac (latinoamericanos y caribeños prescindiendo de los EE.UU.), hasta el lugar que ocupó el tema de la isla (eclipsando la agenda formal) en la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago, quedó claro que se espera que la agenda hemisférica tenga la variedad de un genuino multilateralismo y no sea el resultado de un diktat imperial. La resolución de San Pedro Sula es un “pase de pantalla” en el juego hemisférico y es uno de los trabajosos últimos pasos que los EE.UU. deben dar para terminar de salir de la Guerra Fría.

* Cocoordinador, Programa de Política Internacional, Laboratorio de Políticas Públicas.

Piedras 1065 (1070) Buenos Aires, Argentina

El testaferro

Eduardo Aliverti
El 4 de junio de 2009

¿Hay antecedentes, en este país, de procesos electorales en los que un factor externo es puesto sobre la mesa como elemento central?

Es probable que no. O que deba retrocederse, tirándolo muy de los pelos, hasta “Braden o Perón”. Sería forzado porque, en aquella época ideologizada de mediados del siglo anterior, la referencia a optar entre lo que significaba el embajador yanqui y el todavía incipiente líder de masas remitía a hacerlo entre dos modelos de país. Uno que se basaba en anclarse como satélite del también flamante imperio estadounidense, para alcanzar estadios de desarrollo; y otro que apostaba, o decía hacerlo, a una concepción autónoma.

Algún kirchnerista ultra podrá afirmar que hoy se juega lo mismo con todas las diferencias del caso, pero lo cierto es que este tiempo no tiene tantas pretensiones épicas (más bien ninguna). Como sea, y para no entrar en polémicas bizantinas que los argentinos todavía no resolvieron ni quizá resuelvan nunca, esa antinomia de los ‘40 era mucho más contundente que la de ahora, cuando si se va un tanto para acá o un tanto para allá parece quedar resuelto en “Gran Cuñado”. Y además, todo era entonces bastante, o demasiado, más sincero y sencillo. Se estaba de este lado o del otro, y no se recurría a artilugios como los que acaban de situar a Venezuela cual medida de lo que podría ocurrir aquí si los K son ratificados en las urnas. “Artilugios” es, en realidad, un término muy modesto para referirse a una de las maniobras más tramposas de que se tenga memoria. Puede vérsela cual episodio de construcción de sentido y/o como táctica electoral directa, porque se aúnan intereses de los factores de poder económicos con objetivos opositores, a fin de advertir sobre el peligro inminente de una ola estatizante que se comerá a los chicos crudos. No parecería buen momento para asustar con ese ogro, visto el renacido papel intervencionista que el Estado tiene en los países centrales. Pero en campaña todo vale y si sale mal después no se acuerda nadie.

Hugo Chávez anunció hace un par de años que entre sus objetivos figuraba crear un polo sidero-metalúrgico estatal; y hace menos que empezó a ratificarlo en los hechos, al nacionalizar una de las empresas-madre del sector, “del” grupo Techint. Para empezar no a ponernos de acuerdo sino, simplemente, a certificar datos, Techint es hoy parte de un holding internacional con base decisoria en Luxemburgo. Allí opera el emporio angloindio Arcelor Mittal, que controla el negocio del acero en Europa con inversiones en la Federación Rusa, Egipto y los mismísimos Estados Unidos, y al que se suele vincular a Techint. En cualquier caso, los accionistas argentinos, descendientes de la familia Rocca, tienen una participación minoritaria. Por lo tanto, hablar de Techint como “empresa argentina” es, por lo menos, un apunte no exento de humorismo. De todos modos, así se conceda que se trata de un polo empresario en el que “lo nacional”, como muy eventual burguesía ídem, tiene mucho de potencia simbólica (esto también pretende tener dosis de humor), es inconcebible que la nacionalización de algunas empresas en Venezuela haya desatado acá semejante reacción corporativo-mediática. Como si fuera cosa de que la Argentina se bajó los pantalones ante una potencia extranjera, por no defender intereses que ni siquiera son propios. Todas las cámaras patronales, todos los voceros periodísticos del establishment, toda la derecha junta como nunca se vio de mucho tiempo a esta parte, todos juntos contra Chávez para pegarle a los K en un tablero que debiera ser algo más limpio y que, a decir verdad, fue contaminada por los propios K gracias a martingalas como las de las candidaturas “testimoniales”, entre otras. O sea: es una campaña lo suficientemente ensuciada, aunque tal vez no más que otras, en la que finalizan habilitadas pelotudeces tales como usar de ariete a un monstruo chavizante.

Resulta, sin ir más lejos, que ese mismo esperpento, Chávez, acaba de conseguir un acuerdo con Lula, estimado en alrededor de 4 mil millones de dólares, para que los brasileños financien proyectos de inversión de sus empresas, en Venezuela. Se dejó trascender, no sin insidia, que el arreglo es a cambio de que Caracas jamás tocará los intereses de las compañías brasileñas. Pero, claro, en primer lugar son efectivamente sociedades del país inversor. Y en segundo, los venezolanos tienen derecho a hacer lo que mejor les parece, tanto como en su momento asistieron a la Argentina comprándole bonos del Tesoro para prestarle un financiamiento del que carece al cabo del default. La salvedad es que no exigieron, en canje, que los argentinos se ataran a programa de ajuste alguno. Ahí es donde queda destruido el discurso de la derecha acerca de que el Fondo Monetario, o cualquiera de los organismos-ladilla de los Estados Unidos, habrían cobrado más barato. El problema es que estas densidades se subsumen en fuegos de artificio. Por caso, el kirchnerismo se defiende apuntándole a Techint que depositó en el exterior la primera cuota indemnizatoria del gobierno venezolano por la estatización de Sidor. Y deja, como si tal cosa, el flanco de que Santa Cruz nunca retornó al país la plata que mandó afuera durante la crisis de comienzos de siglo. El gobierno argentino funciona así, a la deriva del humor con que se despierten en Olivos o El Calafate. El rumbo-macro puede ser correcto desde una perspectiva progresista, pero las ínfulas personales lo contaminan hasta el extremo de ponerla en (serio) riesgo. En medio de esos cruces temperamentales retroalimentados entre unos y otros, se relativiza que el tema de fondo es que el accionar de Venezuela estaba anunciado con larga antelación; que no hay de por medio una empresa argentina; que aun cuando la hubiera rige el derecho soberano de un Estado extranjero; y, sobre todo, que la alianza estratégica con Chávez, si es que en verdad es eso con el objetivo de estimular un cabo de articulación sudamericano, está demasiado por encima de los negocios de Techint. Para volver a los brasileños, y sin que esto suponga adherir a cierta visión casi idílica de sus políticas de Estado y de cómo logran mantenerse al margen de sus turnos gubernamentales (aunque algo de eso hay): Lula insistió, ahora mismo, en pedirle al Senado de su país que apruebe el ingreso de Venezuela al Mercosur. Hay una pinta de carácter estratégico, en torno de para dónde salir disparados, que guarda distancia abismal con los eternos cipayos de la presunta burguesía argentina.

Es poco serio, en obvia síntesis, el revuelo que se armó por las estatizaciones de Chávez. Y más lo es que se las relacione con alguna meta parecida por parte del gobierno nacional, como si aquí estuvieran en juego situaciones similares a las del venezolano. Deberían inventar algo mejor que usar a Chávez como testaferro de sus intenciones.

Fuente: Pagina 12 /www.pagina12.com.ar/diario/e…

 

El Sector Nuclear tiene su espacio en la muestra Tecnópolis

 

Trabajadores de la empresa nuclear Dioxitex nucleados en ATE celebraron el importante espacio dedicado a la actividad que desarrollan en la muestra de ciencia Tecnópolis

El viernes 15 de Julio se inauguró Tecnópolis, un lugar de «ciencia, arte y tecnología en una muestra para seguir recuperando lo que fuimos y avanzar en lo que somos capaces de hacer entre todos». El predio ferial ocupa 50 hectáreas y se ubica en Villa Martelli, cerca del Centro Atómico Constituyentes, provincia de Buenos Aires, a la altura de Av General Paz, entre Av Constituyentes y Av Balbín.

En la época de la dictadura cívico militar, allí funcionaba uno de los cuarteles del Batallón 601 del Ejército. Ahora, en el Sector Imaginación de Tecnópolis, tenemos la «Plaza de la Memoria», reivindicando la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Originalmente, Tecnopolis se iba a inaugurar en 2010 en Capital Federal pero Mauricio Macri, para boicotear las celebraciones del 25 de Mayo, no la autorizó. Lejos de abandonar el proyecto, el gobierno nacional trasladó la muestra a provincia de Buenos Aires y de paso la amplió en tamaño y tiempo de permanencia.
A pesar del ninguneo de la empresa Clarin, medio millón de personas ya visitaron esta excelente exposición sobre ciencia que va camino a convertirse en otro hecho histórico como fueron los festejos del Bicentenario.
Los trabajadores del Sector Nuclear nos tenemos que sentir orgullosos por Tecnópolis ya que en el Sector Fuego hay un espacio importante dedicado a nuestra actividad. Uno es un simulador nuclear de Atucha II, donde nos van guiando a través del reactor con efectos de movimiento y viento. En otro lugar tenemos el ciclo de combustible atómico y una sala para ver una animación sobre el CAREM. Quizás faltó un espacio para la Planta de Agua Pesada de Neuquén. No se la pierdan, vale la pena.
ATE Dioxitek Ezeiza

* Tecnopolis abre de 12 a 21, hasta el 22 de agosto, con entrada gratuita. Se ubica sobre Lasalle 4365, en la localidad bonaerense de Villa Martelli, partido de Vicente López, a la altura de General Paz, entre Constituyentes y Balbín.

* Se puede viajar gratis desde la estación de tren de Retiro. Buscá el cartel «SUBE vamos a Tecnópolis». Tomá el ramal José León Suárez y bajate en la estación Miguelete, allí te esperan unos bondis que te llevan a la puerta de la exposición. Conservá el boleto para volver.

http://www.tecnopolis.ar http://tecnopolis.mincyt.gob.ar/ http://twitter.com/#!/TecnopolisArg

LIBROS
Cuadernos
Especiales

Piedras 1065 (1070) Buenos Aires, Argentina
Tel.: 54-11 4307-3829 Fax 54-11 4300-1015