Marcha Federal y después

Marcha Federal y después

Pasó la Marcha Federal y dejó como saldo muchas cuestiones para analizar, pero sobre todo instaló nuevos escenarios y abre otras perspectivas para reflexionar sobre la realidad política y social del país.

Un nuevo sujeto popular que comienza a constituirse. Este quizás haya sido uno de los logros más importantes. Sobre todo teniendo en cuenta la inconsistencia demostrada por la oposición institucionalizada en los partidos y en algunos sectores sindicales que coquetean con el Gobierno. Unos y otros actúan tratando de obtener ventajas directas o bien salir beneficiados en el mediano plazo frente al fracaso de la estrategia económica y política de Cambiemos.

La Marcha Federal hizo visible coincidencias que surgen desde la base social y popular, superando los encuentros de cúpulas. Convocaron las dos CTA, pero hubo gremios de la CGT, estuvieron las organizaciones sociales y de la economía popular y solidaria, las diversas multipartidarias contra los tarifazos, se sumaron agrupaciones de izquierda y muchos participantes espontáneos. Entre otros logros esto permitió alcanzar la masividad que, sin ser el único y más importante de los datos, es una cuestión relevante, que incluso obligó a los medios de comunicación oficialistas a no desconocer el acontecimiento si bien intentaron minimizar su trascendencia. La masividad, vale decirlo, sorprendió incluso a varios de los dirigentes convocantes que en los días previos no ocultaban su preocupación acerca de que un número reducido de participantes provocara un “tiro por la culata” para ellos y sus organizaciones. No sucedió.

Y la convocatoria se amplió por derecha y por izquierda. Por arriba y por abajo. También desbordó las fronteras organizativas de quienes la convocaron.

La Marcha puede leerse como un emergente del malestar social. Esa “sensación” que ciertos dirigentes políticos intentan desconocer -incluso algunos de los que formalmente se definen como opositores- pero que está presente en la cotidianeidad de los asalariados. “La Marcha Federal vino a cumplir un vacío de representación del conflicto social” sintetizó Hugo Yasky ante Página/12 para rematar que los participantes “sentían que había que unificar y expresar una demanda de cambio profundo en las políticas que vienen constituyéndose en una permanente agresión a los sectores populares”.

Fue una advertencia fuerte para el Gobierno, aunque el macrismo insista en mostrarse inflexible. Prueba de ello es que antes de iniciar su regreso desde China el presidente Mauricio Macri se apresuró a cerrar las puertas a cualquier reapertura de negociaciones paritarias. No obstante en Cambiemos tomaron nota del cambio de escenario.

 

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