La CTA Yasky impulsará su propio proyecto de código laboral (2)

La Central de Trabajadores Argentinos (CTA) que lidera Hugo Yasky destacó que poseen su propio criterio para avanzar en la conformación del código laboral. “Valoramos todo lo que sea en beneficio de los trabajadores, podemos intercambiar opiniones pero tenemos nuestro modo de ver las cosas en un proyecto tan relevante”, le dijo el adjunto de la CTA, Pedro Wasiejko a Bae Negocios.

El Código Laboral busca sistematizar en un solo compendio las leyes del trabajo, descartar las caducas e incorporar aspectos actualizados en el Código Civil y Comercial. La iniciativa que respalda la Casa Rosada está piloteada por el diputado Héctor Recalde (FpV), que ya sumó la adhesión de la CGT Caló y la central de Hugo Moyano, además de la Cámara de Comercio.

Dentro de la reforma laboral que el Ejecutivo Nacional vislumbra desde el año pasado para el último tramo del mandato de Cristina Fernández se encuentra el citado código, la ampliación de las licencias parentales, participación de los trabajadores en las utilidades empresarias y el “aggiornamiento” de la Ley de Contrato de Trabajo.

Wasieko destacó que la CTA tiene el mismo sentido y espíritu de tales variantes, como se corroboró en la presentación sobre el proyecto para ampliar las licencias parentales que esa central realizó en el Congreso, un trabajo que forjó el abogado laboralista Alejandro Ferrari.

“Ya concretamos ese trabajo que debatirán los diputados, tenemos un detallado esquema para modificar la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias y otro tópico de alto interés para esta organización es limitar al máximo las tercerizaciones”, le dijo a este diario el titular del SUTNA, que agrupa a los trabajadores del neumático. La CTA considera que estos tres puntos resumen su concepción sobre la reforma laboral y en ese sentido, según lo comentó Wasiejko, en abril se movilizarán al Congreso para respaldar los proyectos que tendrán tratamiento debate en ambas cámaras.

La CTA Yasky impulsará su propio proyecto de código laboral

La Central de Trabajadores Argentinos (CTA) que lidera Hugo Yasky destacó que poseen su propio criterio para avanzar en la conformación del código laboral. “Valoramos todo lo que sea en beneficio de los trabajadores, podemos intercambiar opiniones pero tenemos nuestro modo de ver las cosas en un proyecto tan relevante”, le dijo el adjunto de la CTA, Pedro Wasiejko a Bae Negocios.

El Código Laboral busca sistematizar en un solo compendio las leyes del trabajo, descartar las caducas e incorporar aspectos actualizados en el Código Civil y Comercial. La iniciativa que respalda la Casa Rosada está piloteada por el diputado Héctor Recalde (FpV), que ya sumó la adhesión de la CGT Caló y la central de Hugo Moyano, además de la Cámara de Comercio.

Dentro de la reforma laboral que el Ejecutivo Nacional vislumbra desde el año pasado para el último tramo del mandato de Cristina Fernández se encuentra el citado código, la ampliación de las licencias parentales, participación de los trabajadores en las utilidades empresarias y el “aggiornamiento” de la Ley de Contrato de Trabajo.

Wasieko destacó que la CTA tiene el mismo sentido y espíritu de tales variantes, como se corroboró en la presentación sobre el proyecto para ampliar las licencias parentales que esa central realizó en el Congreso, un trabajo que forjó el abogado laboralista Alejandro Ferrari.

“Ya concretamos ese trabajo que debatirán los diputados, tenemos un detallado esquema para modificar la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias y otro tópico de alto interés para esta organización es limitar al máximo las tercerizaciones”, le dijo a este diario el titular del SUTNA, que agrupa a los trabajadores del neumático. La CTA considera que estos tres puntos resumen su concepción sobre la reforma laboral y en ese sentido, según lo comentó Wasiejko, en abril se movilizarán al Congreso para respaldar los proyectos que tendrán tratamiento debate en ambas cámaras.

El recuerdo vivo de aquellas luchas

El 20 de marzo de 1975, fuerzas represivas invadieron la ciudad, encarcelaron a más de 100 gremialistas y mataron a decenas de trabajadores. «No venimos a olvidar, venimos a recordar», señaló el histórico dirigente de la UOM, Victorio Paulón.

La fuerte lluvia que cayó bien temprano le jugó una mala pasada al acto soñado en la plaza de Villa Constitución que terminó haciéndose en la sede de la UOM. Las fábricas de esta ciudad industrial hicieron un paro por cuatro horas, pero la marcha proyectada desde el cruce de rutas fue en autos y colectivos. El auditorio se colmó para la conmemoración del 20 de marzo de 1975, el día que las fuerzas represivas del Operativo Rocamora invadieron la ciudad, encarcelaron a más de 100 dirigentes gremiales y mataron a decenas. Fue el ensayo del terrorismo de estado. «Cuando crecía estaba muy enojada con el sindicato. Pensaba que era el culpable de la muerte de mi padre. Después entendí que tal vez esa sería la idea, culparnos entre nosotros pero no ver al culpable real», dijo Alicía García, la hija de José García, uno de los asesinados en aquella masacre. Su discurso hizo lagrimear a varios. Metalúrgica ella también, Alicia dijo: «Hoy estoy orgullosa de ser la hija de José García». Cuando terminó de hablar, su hijo Mauricio, también metalúrgico, se acercó a abrazarla. Alicia lloraba. En el mismo escenario, el dirigente del Comité de lucha que se formó tras la represión para conducir la huelga que duró 60 días, Victorio Paulón, estaba sentado junto al actual secretario general de la UOM y de la CGT, Antonio Caló. En 1975, el líder de la UOM, Lorenzo Miguel, formó parte del ataque contra la lista Marrón que encabezaba Alberto Piccinini, la que bregaba por democracia sindical contra la burocracia.

«No venimos a olvidar. Venimos a recordar. Pero también tenemos en cuenta los nuevos desafíos de los trabajadores», dijo Paulón. Unidad fue su palabra clave. «Agradecemos a Caló este gesto histórico, que habla mucho más del futuro que del pasado», agregó. En esa línea, el dirigente recordó: «Eramos la segunda línea que tuvimos que hacernos cargo de conducir la huelga histórica que duró 60 días sin reivindicaciones económicas, sólo para pedir que nos devolvieran el sindicato y la libertad de los presos políticos».

Entre los dos metalúrgicos se sentó el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky. La ovación de la sala fue atronadora cuando se nombró a Piccinini, «el líder de la clase trabajadora», que no pudo asistir por «razones de salud». Todos los presentes se pusieron de pie en su homenaje. La esposa de «Picci» estaba entre el público.

El secretario general de la UOM de Villa Constitución, Héctor Ibarra, hizo el reclamo al Concejo municipal: la enorme movilización popular y el apoyo que la lucha de los metalúrgicos tuvo en 1975 no tuvo espacio en la legislatura local. La UOM había pedido que se decrete asueto por cuatro horas, pero los ediles no lo hicieron.

Las prioridades de los representantes políticos aparecen claras desde la entrada a la ciudad de 47 mil habitantes distante 55 kilómetros de Rosario. Una de las primeras imágenes de la ciudad es el cartel que dice «barrio Amelong». Raúl Amelong era gerente de Relaciones Industriales de Acindar y fue asesinado el 4 de junio 1975 por Montoneros. Las marcas urbanas son claras. Yendo por la avenida principal, otra de las calles se llama Ingeniero Acevedo, el nombre del dueño de la emblemática metalúrgica. Los obreros y obreras muertos en aquellas jornadas no tienen todavía calles con sus nombres. Sí existe una cortada «16 de marzo», día del triunfo de la Lista Marrón en 1974. Y el dirigente que encabezó aquella lucha, Piccinini, por segunda vez no fue declarado ciudadano ilustre por el Concejo, como pidieron la UOM y Amsafé para llegar con ese homenaje al día de ayer.

En el espacio de la UOM de Villa Constitución, el acto mantenía el recuerdo vivo de las luchas. Yasky consideró que «es bueno estar acá, es bueno rescatar esta historia, porque de esta historia venimos todos nosotros. No estaríamos acá todos los que estamos juntos si no hubiese existido el Villazo, si no hubiese existido Piccinini». Yasky también subrayó que «la derecha violenta hoy tiene otro rostro. En vez de tener fusiles FAL, tiene grandes medios de comunicación».

«No debemos repetir los mismos errores que tuvimos hace 40 años. Entonces yo era muy joven, pero hoy les digo a los más jóvenes que no vuelvan a repetir la historia que nos inculcaron, de pelearnos entre nosotros. Ese fue un error impuesto por la oligarquía y los poderes concentrados», dijo Caló.

El recuerdo vivo de aquellas luchas

El 20 de marzo de 1975, fuerzas represivas invadieron la ciudad, encarcelaron a más de 100 gremialistas y mataron a decenas de trabajadores. «No venimos a olvidar, venimos a recordar», señaló el histórico dirigente de la UOM, Victorio Paulón.

La fuerte lluvia que cayó bien temprano le jugó una mala pasada al acto soñado en la plaza de Villa Constitución que terminó haciéndose en la sede de la UOM. Las fábricas de esta ciudad industrial hicieron un paro por cuatro horas, pero la marcha proyectada desde el cruce de rutas fue en autos y colectivos. El auditorio se colmó para la conmemoración del 20 de marzo de 1975, el día que las fuerzas represivas del Operativo Rocamora invadieron la ciudad, encarcelaron a más de 100 dirigentes gremiales y mataron a decenas. Fue el ensayo del terrorismo de estado. «Cuando crecía estaba muy enojada con el sindicato. Pensaba que era el culpable de la muerte de mi padre. Después entendí que tal vez esa sería la idea, culparnos entre nosotros pero no ver al culpable real», dijo Alicía García, la hija de José García, uno de los asesinados en aquella masacre. Su discurso hizo lagrimear a varios. Metalúrgica ella también, Alicia dijo: «Hoy estoy orgullosa de ser la hija de José García». Cuando terminó de hablar, su hijo Mauricio, también metalúrgico, se acercó a abrazarla. Alicia lloraba. En el mismo escenario, el dirigente del Comité de lucha que se formó tras la represión para conducir la huelga que duró 60 días, Victorio Paulón, estaba sentado junto al actual secretario general de la UOM y de la CGT, Antonio Caló. En 1975, el líder de la UOM, Lorenzo Miguel, formó parte del ataque contra la lista Marrón que encabezaba Alberto Piccinini, la que bregaba por democracia sindical contra la burocracia.

«No venimos a olvidar. Venimos a recordar. Pero también tenemos en cuenta los nuevos desafíos de los trabajadores», dijo Paulón. Unidad fue su palabra clave. «Agradecemos a Caló este gesto histórico, que habla mucho más del futuro que del pasado», agregó. En esa línea, el dirigente recordó: «Eramos la segunda línea que tuvimos que hacernos cargo de conducir la huelga histórica que duró 60 días sin reivindicaciones económicas, sólo para pedir que nos devolvieran el sindicato y la libertad de los presos políticos».

Entre los dos metalúrgicos se sentó el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky. La ovación de la sala fue atronadora cuando se nombró a Piccinini, «el líder de la clase trabajadora», que no pudo asistir por «razones de salud». Todos los presentes se pusieron de pie en su homenaje. La esposa de «Picci» estaba entre el público.

El secretario general de la UOM de Villa Constitución, Héctor Ibarra, hizo el reclamo al Concejo municipal: la enorme movilización popular y el apoyo que la lucha de los metalúrgicos tuvo en 1975 no tuvo espacio en la legislatura local. La UOM había pedido que se decrete asueto por cuatro horas, pero los ediles no lo hicieron.

Las prioridades de los representantes políticos aparecen claras desde la entrada a la ciudad de 47 mil habitantes distante 55 kilómetros de Rosario. Una de las primeras imágenes de la ciudad es el cartel que dice «barrio Amelong». Raúl Amelong era gerente de Relaciones Industriales de Acindar y fue asesinado el 4 de junio 1975 por Montoneros. Las marcas urbanas son claras. Yendo por la avenida principal, otra de las calles se llama Ingeniero Acevedo, el nombre del dueño de la emblemática metalúrgica. Los obreros y obreras muertos en aquellas jornadas no tienen todavía calles con sus nombres. Sí existe una cortada «16 de marzo», día del triunfo de la Lista Marrón en 1974. Y el dirigente que encabezó aquella lucha, Piccinini, por segunda vez no fue declarado ciudadano ilustre por el Concejo, como pidieron la UOM y Amsafé para llegar con ese homenaje al día de ayer.

En el espacio de la UOM de Villa Constitución, el acto mantenía el recuerdo vivo de las luchas. Yasky consideró que «es bueno estar acá, es bueno rescatar esta historia, porque de esta historia venimos todos nosotros. No estaríamos acá todos los que estamos juntos si no hubiese existido el Villazo, si no hubiese existido Piccinini». Yasky también subrayó que «la derecha violenta hoy tiene otro rostro. En vez de tener fusiles FAL, tiene grandes medios de comunicación».

«No debemos repetir los mismos errores que tuvimos hace 40 años. Entonces yo era muy joven, pero hoy les digo a los más jóvenes que no vuelvan a repetir la historia que nos inculcaron, de pelearnos entre nosotros. Ese fue un error impuesto por la oligarquía y los poderes concentrados», dijo Caló.