ECONOMÍA POPULAR, SOCIAL, SOLIDARIA, COOPERATIVA Y AUTOGESTIONADA
Joaquín Escobar, Secretario Regional Zona Sur de la FeTIA y Director General de Economía Social y Solidaria del Municipio de Avellaneda -luego de enfatizar que el modelo de gestión basado en el infinito afán de lucro ha fracaso y por lo tanto, insistir por esa vía de desarrollo nos llevará a un nuevo fracaso-, nos propone debatir otro modelo basado en la solidaridad y en la inclusión. Reivindica al cooperativismo como modelo alternativo y citando a Joseph Stiglitz afirma »son el modelo que mejor puede enfrentar los riesgos de una economía que será cada vez más volátil».
ECONOMÍA POPULAR, SOCIAL, SOLIDARIA, COOPERATIVA Y AUTOGESTIONADA
Por Joaquín Escobar*
En primer lugar, cabe resaltar que estamos viviendo una crisis global múltiple en la que el capitalismo globalizado -es decir el capitalismo en su máxima expresión-, en las sociedades contemporáneas ha concentrado la producción, la riqueza, el comercio internacional signado por el gran capital financiero y el manejo de las nuevas tecnologías; además, ha sumado: la exclusión de más de dos tercios de la población mundial, desempleo, pobreza y desigualdad; las migraciones masivas en busca de trabajo, alimentos y/o mejores condiciones de vida. Una dura realidad que nos toca muy de cerca, sobre todo si tenemos en cuenta, los cuatro años de gobierno neoliberal que padecimos y la crisis sanitaria generada por la pandemia, al poco tiempo de asumir nuestro Gobierno Nacional que nos presenta una nueva oportunidad ya que los doce años de gestión anterior fueron favorables.
Hoy, han surgido voces muy importantes que están diciendo que deberíamos decir »No a la economía de la exclusión»… »Ésa Economía mata…». »Se considera al ser humano en sí mismo como un ‘bien de consumo que se puede usar y tirar» (Papa Francisco, año 2013).
Por su parte, el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, durante su intervención en la Tercera Cumbre de Cooperativas celebrada en Quebec, Canadá en Febrero de 2020, hizo algunas apreciaciones que causaron un fuerte impacto en el mundo; aseguró que »En la próxima década, las cooperativas serán la única alternativa al modelo económico que fundado en el egoísmo fomenta las desigualdades» y remarcó: »son el modelo que mejor puede enfrentar los riesgos de una economía que será cada vez más volátil».
Mientras tanto, es bueno tener presente la Caída del Muro de Berlín, como la caída del paradigma socialista; se pensó que los problemas de la humanidad se iban a resolver pero no sólo no fue así, sino que, se agravaron y en términos absolutos se revelan en una creciente exclusión, pobreza y desigualdad. En nuestro país hay un núcleo duro de pobreza de 4 millones, llamada estructural y un nivel de pobreza más general de un 40%.
Podríamos afirmar que ese modelo de gestión basado en el infinito afán de lucro, ha fracaso; insistir por esa vía de desarrollo, nos llevará a un nuevo fracaso.
Se hace necesario retomar el espíritu transformador y revolucionario sin temor, porque los que ejercen la dominación nos arengan con una supuesta e hipócrita »Revolución de la Alegría» y nosotros ¿no podemos hablar de revolución, entendida como un largo y sostenido proceso de transformaciones estructurales?
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Mario Cafiero, Presidente del INAES, -ahora, en la nueva gestión de gobierno en la esfera del Ministerio de Producción, (un dato alentador ya que lo saca de una visión asistencialista de Desarrollo Social y lo pasa ahora al área del desarrollo productivo); nos decía recientemente, en el día del Cooperativismo, que »En la Argentina el cooperativismo genera empleo, inclusión, productos y servicios de calidad, desarrollo tecnológico y está presente en cada rincón del país, con una lógica solidaria y colectiva, como premisa fundamental. »
Creo que debemos plantearnos salir de una fase defensiva generada por las grandes derrotas y generar un gran debate sobre el carácter de las transformaciones, basado en una práctica realizada por un actor central: la clase trabajadora que nos exige una sólida estrategia de Unidad y políticas de alianzas duraderas, saliendo de la urgencia permanente que posterga los objetivos de liberación.
Es más, al asumir nuestro Presidente Alberto Fernández, en su discurso a la Asamblea Legislativa, en el Congreso Nacional señaló la importancia del cooperativismo y la economía social; abriendo una nueva perspectiva.
No es para menos ya que, en la República Argentina transcurre -desde hace un largo periodo- una práctica social significativa, en la lucha por mejores condiciones de vida y de generación de empleo; desde la primera cooperativa fundada en 1875, precedida por las mutuales han pasado más de 140 años y aún con todas las dificultades y méritos la tendencia se ha ido consolidando, superando la presión de la cultura dominante, egoísta e individualista.
Hoy, desde la crisis de los noventa se amplió el concepto de Cooperativas y Mutuales. Como respuesta al desempleo un sector de los trabajadores, de manera creciente, fueron creando una extendida red de Cooperativas de Trabajo, de Producción y Servicios y mutuales en la ciudad y en el campo y hacia fines de la década de los 90 adquirieron nuevas fisonomías resultantes -esta vez- de expropiaciones hechas por Ley en base a situaciones de emergencia, donde la falta de trabajo llegó a extremos que no había otra alternativa que quedarse en las fábricas y sus propietarios optaban por abandonarlas, concursadas y/o quebradas.
Además se sumaron a esa red, miles de emprendimientos productivos de carácter social en los barrios populares donde se concentra la exclusión y la pobreza, como también de microempresas de trabajo autogestionado demostrando que se podía producir, administrar, comercializar y distribuir la riqueza producida por sus propias manos y en el marco de unas relaciones distintas a la empresa capitalista propiamente dicha y que se constituyen desde el trabajo, la cooperación y la solidaridad, donde la propiedad cumple una función social y la distribución de la riqueza es medianamente equitativa; la práctica democrática de las Asambleas son centrales como principio, variando según las características de cada emprendimiento, de manera que en su conjunto se generó una Economía Popular, Social, Solidaria, Cooperativa y Autogestionada, como la capacidad de nuestro pueblo y de sus trabajadores para dar una respuesta creativa a la crisis. ¿Por qué debemos asumir la lógica del descarte humano? Los trabajadores mostraron otro sendero. La política iba por detrás.
Paralelamente, creció la Solidaridad de las Universidades que han conformado la Red Universitaria de la Economía Social (RUES); en la Universidad Nacional de Avellaneda creamos la Cátedra Libre de Economía Social y Solidaria Raimundo Ongaro; la Cooperativa Grafica COGTAL de más de 60 años, la tenemos en nuestra ciudad o DURAX y la Unión Solidaria de los Trabajadores; ha crecido la relación con los sindicatos; la relación con los Movimientos Sociales, es muy natural; comienza otro lenguaje de reconocimiento de algunos partidos políticos, entre ellos el Frente Grande que en el 27 aniversario de su fundación expreso su compromiso con este movimiento.
No puedo dejar de reconocer el rol jugado como Senador Provincial por Eduardo Sigal en el respaldo a una docena de Leyes de Declaración de Utilidad Pública y Sujeta a Expropiación en el período 1999-2003. Luego de más de 20 año casi todas las fábricas se han mantenido; no cerraron durante el período macrista y aún resisten abnegadamente durante la pandemia.
Finalmente cuando hablamos de una nueva oportunidad hablamos de algunos ejes:
– El nuevo INAES considera a este amplio espacio como el Tercer Sector de la Economía;
-Impulsamos la construcción de las Mesas de Fomento del Asociativismo que incluye a Cooperativas, Mutuales, Sindicatos, Entidades Sociales, Asociaciones Civiles sin fines de lucro; Clubes de Barrios; entidades religiosas, en un sentido de Comunidad Organizada.
-Avanzar en la implementación de una tarifa diferencial, como también en el tratamiento de las deudas, levantamiento de cortes en particular de Gas Natural y Energía Eléctrica.
-Puesta en marcha de los Mercados Sociales como parte de la lucha contra el hambre;
-El financiamiento para Capital de Trabajo; el seguimiento del crédito del Banco Nación y otras medidas que atienden la urgencia como el IFE, los ATP y otras líneas que tiene el INAES; Desarrollo Social de Nación y Ministerio de Trabajo.
-Ayudar a crear grupos de Comunicación y Difusión;
-Conformar grupos que organicen la capacitación y formación integral en el ideario del cooperativismo y práctica de la gestión administrativa, producción y comercialización solidaria y en el manejo de las nuevas tecnologías.
-Retomar la iniciativa y el seguimiento de las Leyes de Expropiación, en cuanto a su ejecución, tratamiento y aprobación de las que están pendientes en las Legislaturas nacionales y provinciales.
Finalmente, todo requiere una tenaz lucha dentro y fuera del Gobierno que es nuestro Gobierno para la transformación del país, en bien de su pueblo, de sus trabajadores, con un alto sentido práctico y de urgencia.
*Joaquin Escobar
Secretario Regional Zona Sur de la FeTIA.
Frente Grande – Distrito Avellaneda
Director General de Economía Social y Solidaria del Municipio de Avellaneda.
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