Convocados por la Federación de Trabajadores de la Industria y Afines (FeTIA-CTA), los trabajadores de la energía realizaron un encuentro en el que abordaron la situación del sector hoy, la necesidad de avanzar más allá de la reestatización del 51% de las acciones de YPF, la importancia de integrarse y construir una federación fuerte en la que los trabajadores hagan propuestas y tengan incidencia real en las políticas públicas vinculadas con este recurso que afecta la vida de todos los trabajadores y de la sociedad en general en tanto tiene impacto en el conjunto de la economía. “Nos pasamos la década del 90 resistiendo, quejándonos, criticando las consecuencias del modelo y ahora viene una coyuntura que si bien no es perfecta nos ofrece una posibilidad que muy pocas veces se da de poder ser protagonistas con nuestras propuestas. Hoy los sindicatos y los sectores que estamos involucrados con la central tenemos mucho más para aportar que simplemente decir cómo nos posicionamos frente a las decisiones del gobierno nacional”, señaló Pedro Wasiejko, titular de la FeTIA en la jornada que se realizó en la sede de la CTA, en Piedras 1065, en la ciudad de Buenos Aires.
Participaron dirigentes de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA); de Dioxitek, empresa argentina que produce dióxido de uranio y fuentes selladas de Cobalto-60; de la empresa Ensi, que opera la Planta Industrial de Agua Pesada y comercializa Agua Pesada Virgen Grado Reactor, producto estratégico para las centrales nucleares de uranio natural; de Nucleoeléctrica Argentina (NASA); de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN); de la agrupación Luz y Fuerza de Córdoba; de APGAS de la misma provincia; de la Planta Industrial CONUAR-FAE y las asociaciones de personal de Yaciretá y Salto Grande. Además, expusieron sobre la situación de los diferentes sectores energéticos Mariano Barrera, investigador de FLACSO; Luis Alí El Obeid, ingeniero especializado en energía eléctrica y Pablo Sánchez que dio cuenta de la situación en el sector nuclear. Luego, en una reunión plenaria de trabajadores debatieron sobre la situación gremial del sector, las perspectivas de articulación nacional e internacional y la posible incorporación de las organizaciones al ámbito de la FeTIA.
A la hora de analizar la situación hoy, todos mencionaron la importancia de avanzar más allá de la reestatización de YPF, paso que consideraron fundamental en cuanto a política estatal, pero no suficiente.
Marcelo Estevez, integrante de la CNEA y coordinador del encuentro explicó: «nosotros estamos dentro del Frenase. Para un sector energético organizado desde los trabajadores y en el marco de la central que conduce Hugo Yasky, estar incorporados ahí nos va a ayudar a disputar con los sectores de la reacción que todavía forman parte en el Estado nacional. Hay que disputar el modelo energético que no se agota en la recuperación de los hidrocarburos sino que faltan un monton de sectores que fueron desguasados o privatizados en la época neoliberal, Tenemos que avanzar en recuperar la vieja Agua y Energía, sectores estratégicos como el gas que hoy esta partido como en 11 pedazos. Esta es una tarea que se hace paso a paso, nosotros apoyamos la decisión del gobierno en la nacionalización de YPF pero creemos que es un camino que no se agota en eso sino que debe seguir avanzando hacia la recuperación plena de la soberanía energética que es lo que le va a dar la independencia política al país».
Para Barrera “la recuperación del 51 % de las acciones de la empresa es una medida acertada de mínima, principalmente porque hoy YPF a partir de la mala política de Repsol tiene solamente el 30 % del mercado de hidrocarburos, con lo cual lo que se pueda hacer desde la empresa tiene un impacto no menor pero tampoco tan importante en el conjunto del sector. Lo que se viene tiene que estar vinculado con la reinversión de las utilidades de la empresa en el sector. En los últimos 10 años en promedio, la empresa tuvo unas utilidades de 1300 millones de dólares que las distribuyó entre los accionistas, Repsol principalmente, en un 96 %. En ese sentido, en los próximos años esos recursos tienen que volcarse al mercado de hidrocarburos para la búsqueda de nuevos yacimientos y aumentar la producción en las áreas que Repsol consideraba que no eran rentables desde la lógica de ellos para incrementar la producción de petróleo”.
En relación con el sector eléctrico, El Obeid explicó que la realidad del área hoy en día está “fundamentalmente apurada por el problema de los combustibles que son la base de lo que se quema para generar energía eléctrica, pero el problema de mediano plazo es la distribución eléctrica donde la gran discusión es la nueva forma de organización que se le da y que tiene que coincidir con la política de tarifas. Hay una primer etapa corta que se está resolviendo bien a través la recuperación de la soberanía sobre YPF -que es la disponibilidad de los combustibles- y hay una segunda etapa que tiene que ver con el ordenamiento de la distribución eléctrica de modo que haya una sola tarifa para todo el país y un solo sistema integrado. El rol del Estado es uno de los grandes temas y de las grandes discusiones. Probablemente ese rol sea el de recuperar la jurisdicción de las empresas de distribución y de transporte. El problema es que para eso hay que plantear un nuevo sistema general y novedoso que idee una forma de democratizar más la decisión y el control regulatorio. Se puede resumir diciendo que la clave estaría en democratizar la regulación o el control de la provisión del sistema eléctrico, tanto en calidad como en cantidad del servicio y eso significa idear sistemas de control. Entonces el Estado puede estar en las empresas siempre y cuando estén controladas de modo democrático con la participación fundamental de la población”. En este marco, el rol de los trabajadores, indicó, “debería ser el de ser depositarios de las ideas nuevas. Deberían tener el ingenio suficiente para, a través de sus organizaciones, plantear esa novedad que debería ser la nueva forma de organización del sistema eléctrico argentino por la significación que tiene tanto en la vida privada de la familia, como en la vida económica del país y de la producción”.
En relación al sector de energía nuclear, Sánchez señaló que “los cambios que deberían darse están relacionados un poco con lo que le ocurre al país en el sentido de leyes y modificaciones de la constitución que ocurrieron en el 94 donde la ley nuclear, la ley de desmembramiento del Estado, la emergencia económica y financiera hicieron que los distintos sectores productivos del país se modificaran para la venta y el posterior desguase para beneficiar a los sectores privados. Actualmente lo que nosotros necesitaríamos modificar son el código de minería, la ley de minería, la ley nuclear, presentar esos proyectos y la terminación de Atucha II, la cuarta central nuclear con tecnología y mano de obra argentina y la quinta central en la discusión de cuál sería la mejor tecnología. Nosotros como trabajadores creemos que la cuarta y la quinta central deberían ser con agua pesada y uranio natural».
En un sentido más amplio, Wasiejko destacó la importancia de que los sindicatos y sectores involucrados con la central participen de los debates y presenten aportes concretos que puedan incidir en la adopción de las políticas públicas. En este marco, indicó que “el futuro de nuestro país, la inserción en el mundo globalizado y con los ejes que hay de transformación en el mundo en este momento en el que se están trasladando los ejes de poder de los sectores tradicionales como eran Estados Unidos, Europa y Japón y que esto va orientándose rápidamente hacia lo que se llama los bricks y que se refiere a China, India, Brasil, Rusia y países como el nuestro, Sudáfrica, Turquía, Argentina. En el desafío que se abre corremos el riesgo de ser otra vez proveedores de materia prima, ya no hacia Inglaterra o hacia otros países centrales, sino hacia otras áreas del mundo o podemos aprovechar esta coyuntura que se le ofrece a nuestro país y que se da cada 200 años, de poder apuntalar un desarrollo productivo, de la ciencia, de la tecnología y que tiene a la energía como un pilar fundamental”.
Para lograr una incidencia real, el titular de la FeTIA resaltó la importancia que tiene hacerlo desde una organización con poder real. “Es muy limitado el aporte que pueda hacer un sindicato de base, por más importante que sea para poder desarrollar esta actividad con cierta efectividad. Por eso necesitamos hacerlo desde la federación. Se necesita la decisión política de los sindicatos de base de aportar a construir una federación, a fortalecerla, a hacerla cada vez más grande, que tenga el sustento económico necesario para que pueda desarrollar sus actividades. Por eso es importante construir una organización que sea lo suficientemente fuerte y que pueda ser un ejemplo desde el punto de vista del modelo organizativo, democrático y que sea capaz de dar respuestas a sus trabajadores y organizaciones afiliadas. En esto también es una disputa de que es lo que vemos hacia el futuro y hacia donde vamos y esto la única forma de resolverlo, es en el camino de la construcción de una federación más fuerte y organizada”, concluyó.